Concluyó la Semana de Pasión en Marbella a la espera de la Resurrección. Madre e Hijo se han encontrado a la 1:30 de la madrugada en la plaza de La Encarnación, en un momento emotivo, previo al encierro.
La jornada comenzó con el traslado del Santo Cristo Yacente desde la parroquia de La Encarnación hasta la capilla del Santo Sepulcro para su entronización, escoltado por el Tercio Alejandro Farnesio de la Legión, llegado desde Ronda.
Minutos después de las 21:30 horas arrancó la procesión, en una plaza llena de gente, con muy poco espacio. Abriendo el desfile, el Pendón de la Villa, escoltado por la Policía Local. Portaban el Yacente hombres de trono con traje negro, precedidos por mantilla, nazarenos y legionarios.
A través de la calle Trinidad llegaron hasta la plaza para continuar por la calle Carmen, mientras desde el templo salía Nuestra Señora de la Soledad, pasadas las 22:00 horas, con mucho público.
La Madre procesionó tras su Hijo muerto, con el acompañamiento de la Agrupación Musical de la Pollinica, que interpretó marchas fúnebres. El sonido roto de las horquillas golpeando contra el suelo volvió a retumbar por las calles de la ciudad.
El tercio de la Legión que ha acompañado al Yacente. (Foto: J.C.A.)
La Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, la más antigua de Marbella, desfiló tras los nazarenos vestidos de riguroso negro, algunos de ellos con cola, y con los hombres de tronos descalzos y portado las horquillas con las que van golpeando en el suelo.
La acompañaron también representantes del Cuerpo de Bomberos, con su jefe, Medardo Tudela, a la cabeza, y miembros de la cofradía de la Virgen del Carmen.
El recorrido subió por Virgen de los Dolores hasta Puente de Ronda para girar hacia la Muralla y bajar hasta Puente Málaga, con la solicitud de venia ante la tribuna. Muchísimo público en este punto como es habitual.
De allí, paso por la plaza Practicante Manuel Cantos para enfilar Ramón y Cajal y subir por Huerta Chica hasta la plaza de Los Naranjos y buscar la calle Carmen.
Tras realizar la estación de penitencia en una iglesia de La Encarnación a oscuras, el trono del Yacente esperó en la puerta del tempo la llegada de la Soledad. Ahí tuvo lugar un breve encuentro, con ambos en paralelo mientras sonaba una marcha fúnebre.
Los hermanos del trono del Yacente, levantándolo para enfilar la calle Carmen. (Foto: J.C.A.)
Tras ese momento emotivo, el Yacente emprendió recorrido, acompañado por la Legión, hacia la Casa Hermandad en la plaza del Santo Sepulcro, a donde entró a pulso, a un solo brazo.
Fue recibido por la saetera Mari Carmen Molina, antes de procederse al encierro, concluido a las 2:00 horas. La bajada del trono la hizo el Hermano Mayor de la Pollinica, Francisco Gil.
Al tiempo, la Madre hacía la estación de penitencia entrando en la iglesia de La Encarnación, donde se quedaba ya para dar por concluida ya esta jornada.