Con las primeras luces del día ha comenzado el día grande las fiestas en honor de la Virgen del Carmen, este año por primera vez como patrona de Marbella. Desde su retablo en la iglesia de La Encarnación, a hombros de los miembros de la Hermandad, ha comenzado el Rosario de la Aurora, con el recorrido por las calles de la ciudad hasta la playa del Cable.
Cientos de personas han acompañado a la Virgen marinera por el Puente Málaga hasta Severo Ochoa, para enfilar rumbo hacia el puerto de La Bajadilla. Este año, por primera vez después de más de quince, la celebración de la tradicional misa ha retornado a la arena de la playa del Cable, una modificación que, en general, ha gustado mucho a los presentes.
Ha sido el párroco de la Encarnación y consiliario de la Agrupación de Cofradías, José López Solórzano, el que ha oficiado la Eucaristía, en la que se ha realizado al final un pequeño acto de despedida al hermano mayor de la Virgen del Carmen, Manuel Haro, que concluye su largo mandato de 15 años. "La Virgen del Carmen es como de mi familia", ha dicho a los presentes, emocionado.
Los actos religiosos han concluido con la bendición de las aguas del Mediterráneo. A continuación, se ha introducido a la Virgen en el mar, mecida por los hermanos sobre el tímido oleaje, momento en el que muchos de los asistentes han aprovechado también para meter sus pies en el agua, y se ha procedido a la ofrenda floral.
La Virgen, tras ser introducida en el mar por los hermanos, arropada por cientos de fieles. (Foto: J.C.A.)
Para rematar la mañana, se ha degustado el tradicional desayuno de churros con chocolate, servido por los miembros de la Hermandad de la Virgen del Carmen. El tiempo ha acompañado y el cielo se ha ido nublando justo con la aparición de los primeros rayos de sol, lo que ha permitido que se pudiera seguir la misa sin demasiado calor.
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