La Plaza de Toros de Marbella ha estado abarrotada en el aforo que se permitía para que hubiera visibilidad del escenario, con cerca de 4.000 personas (según fuentes de la organización) que han disfrutado a lo grande con un concierto largo, eterno como el propio artista, que parecía que no iba a terminar nunca ante el delirio de los tendidos.
Y es que Raphael no se ha guardado nada y se ha vaciado en cerca de tres horas intensas, sin interrupciones, ante la locura del auditorio. Con 73 años, cuesta creer que venía de ofrecer, solo hace tres días, el pasado sábado, otro concierto en Alicante, en el inicio de su gira veraniega.
Aspecto de la Plaza de Toros de Marbella durante el concierto. (Foto: J.C.A.)
En Marbella ha dejado claro que continúa siendo un número uno indiscutible de nuestra música y que, pese a llevar ya 55 años sobre los escenarios, conserva una voz prodigiosa, que se hizo aún más grande con el excelente sonido que ofrecieron sus técnicos y la acústica del coso taurino.
Además, contó con el acompañamiento magistral de la Orquesta Sinfónica de Málaga, dirigida por Rubén Díaz. La compenetración fue tal que parecía que músicos y artista llevaban juntos mucho tiempo. Pero no fue así, en Alicante, por ejemplo, le había acompañado la Sinfónica Ciudad d'Elx.
El concierto arrancó con Raphael sobre el escenario a las 22:20 horas y concluyó a la una de la madrugada, con buena parte del público pidiendo todavía alguna canción más.
El mítico cantante ofreció un amplio repertorio, con un repaso a toda su discografía, acompañado por sus gestos hacia el público, sus carreras, saltos y gesticulaciones. Vestido de negro, pronto se fue despojando de la corbata y después de la chaqueta.
Uno de los solos de guitarra que hubo durante la noche. (Foto: J.C.A.)
"Promesas" fue el tema con el que abrió para ofrecer en esta primera parte otros como "Enamorado de la vida", "Provocación" y, apenas en media hora de concierto, uno de sus grandes clásicos, que ha recuperado actualidad, como es "Mi gran noche", que cantó con el público.
Después, temas más 'jovenes' como "Se me va" y "Despertar al amor". Y su saludo al público: "es un placer estar después de tantos años en Marbella". Y agradecimiento a los que le llevan "apoyando desde hace 55 años".
Y más temas como "Digan lo que digan", "Yo sigo siendo aquel" y "No puedo arrancarte de mí" con los que propició que la plaza entera le gritara "¡tú sí que vales!".
Hubo tres solos de guitarra, impresionantes. El primero de ellos con "Gracias a la vida". También ofreció un guiño a sus admiradores interpretando un vals peruano.
Y en la parte final canciones como "Cuando tú no estás", "Detenedla ya", "Estar enamorado", "Maravilloso corazón", y para cerrar "Escándalo", "Ámame", "Qué sabe nadie" y "Frente al espejo", que cantó frente a un cristal que terminó rompiendo sobre el escenario con una silla.
El acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Málaga fue espectacular. (Foto: J.C.A.)
"Pienso volver muchas veces", le dijo al público de Marbella y terminó con "Como yo te amo" casi tres horas de concierto que hicieron olvidar algunos problemas de organización, a cargo de una empresa malagueña, que hubo al principio.
Se produjeron larguísimas colas para acceder a la Plaza de Toros y el concierto empezó con mucho público todavía fuera. De hecho, durante los primeros quince minutos no paró de acceder gente a los tendidos. Los últimos, quedaron en una posición muy lateral.
También algunos problemas con distintas entradas, por ejemplo las de Groupon, que era necesario canjear previamente y que motivaron protestas. Eso sí, los precios en los bares eran asequibles con la botella de agua, por ejemplo, a dos euros.
Para la prensa todo fueron facilidades y se pudo trabajar con total comodidad, sin ningún tipo de restricción, habitual en otros conciertos. Por ejemplo, se pudieron hacer fotografías durante todo el espectáculo, algo que suele limitarse en otros sitios a las dos primeras canciones.