En la inauguración del museo, que ha tenido lugar este viernes por la tarde, han estado presentes los parlamentarios andaluces Remedios Martel y José Bernal, este último también en su condición de historiador, experto en el arguardiente de Ojén.
El alcalde de la localidad, José Antonio Gómez, destacó que la puesta en marcha del museo era de "obligado cumplimiento" ya que se trata de un producto muy importante para el municipio. "Ojén tenía una deuda con su memoria y debía saldarla", señaló, y añadió que "era también una cuestión de amor propio para los vecinos".
Según dijo, con "este gesto humilde en comparación con lo que el aguardiente hizo por el nombre de Ojén, llevarlo a los más lejanos confines del mundo, queremos devolver parte de lo que nos dio".
El regidor ojeneto ha apuntado también que la inauguración del museo es un "esfuerzo colectivo en el que se lleva trabajando varios años, elaborado granito a granito con la colaboración de mucha gente".
El parlamentario e historiador, José Bernal, ofreció detalles sobre la historia del aguardiante. Su tesis doctoral sobre las primeras empresas industriales de la Costa del Sol le llevó primero hasta Ojén y después hasta su emblemático licor y ha sido uno de los principales colaboradores para la creacion del museo.
"Nadie sabe a ciencia cierta cuál era la fórmula originaria del aguardiente de Ojén, pero después de venderse la patente ya no fue el mismo, forma parte de la leyenda que debemos conservar", dijo.
El Museo del Molino de Ojén dedica ahora una de sus salas al aguardiente ojeneto, que se puede visitar de lunes a sábado 11 a 13 y de 14 a 18 horas.
El soniquete "una copita de Ojén" fue muy popular en España durante más de cien años, desde mediados del siglo XIX hasta mediados del XX, y hacía referencia a uno de los secretos mejor guardados del municipio, su aguardiente.
El licor llegó a exportarse a América y fue conocido internacionalmente hasta su desaparición. Picasso lo pintó en su cuadro "Bodegón Español" y Camilo José Cela y Rosalía de Castro lo incluyeron en algunas de sus novelas. Más aún, la maharaní de Kapurtala, Anita Delgado, lo llevó a extremo oriente.
Ahora, el municipio de Ojén le rinde cumplido homenaje con la inauguración del Museo del Aguardiente, donde se detalla la historia real y la leyenda que le acompaña entre rumores de fórmulas secretas.
Este licor se elaboraba con uva de los Llanos de Puzla de Ojén, agua con propiedades medicinales, matalahúga y leña de enebro de la sierra ojeneta.
Aunque el aguardiente comenzó a fabricarse en 1830, fue Pedro Morales desde 1853 el que dio el impulso definitivo a su producción. En 1876 "Pedro Morales y Compañía" se convierten en proveedor de la Casa Real.
En 1920, aún en pleno éxito, Andrés Morales vende la empresa de su padre. Con la muerte de Andrés Morales, hijo del creador de la marca, el licor de Ojén languideció poco a poco hasta desaparecer en los años 50 del siglo XX.
El Museo del Aguardiente incluye una serie de paneles informativos con la historia del licor y su leyenda, con fotografías de etiquetas provenientes de todos los rincones del planeta, afiches, botellas antiguas, etc.
También se puede ver una de las pocas botellas que aún contiene el aguardiente de Ojén y que hasta el momento se ha conservado en el despacho de los diferentes alcalde del municipio, cediéndose el testigo de tan preciado licor, legislatura tras legislatura. Gran parte del material que se exhibe en el museo ha sido cedido por los vecinos de la villa.