El transcurso de la semana ya indicaba que la entrada que iba a registrar el Estadio Municipal para presenciar el partido de vuelta de la eliminatoria por el ascenso podría ser historica y así ha sido. Horas antes de que comenzase el choque ya había ambiente en los aledaños del estadio recordando los mejores momentos del fútbol marbellí a principios de los años 90, cuando contaba con un equipo de Segunda División.
Quince minutos antes del inicio del choque ya podía verse una grada abarrotada de aficionados blanquillos con unos 4.000 seguidores dando ánimos y apoyando al equipo en todo momento con continuos cánticos.
El "¡sí se puede! ha sido uno de los más repetidos durante todo el partido. Y es que hasta el minuto 89 del encuentro no ha llegado el gol de Airam, que forzaba la prórroga y llevaba el delirio de la afición.
En el tiempo extra, llegaba el gol de Pibe que culminaba, de manera momentánea el ascenso, que terminaba de provocar el júbilo de cientos de aficionados que no han dado incluso en saltar al campo a celebrar el tanto, como si de un gol de oro se tratase.
La celebración con la grada del 2-0, obra de Pibe. (Foto: J.Z.)
Con el 2-0 y cuando parecía que el ascenso estaba finiquitado el Eldense sacaba su pundonor para hacer el 2-1 enseguida, que permitía al conjunto alicantino cambiar el signo de la eliminatoria. La reacción de la grada era de comunión total con el equipo y de nuevo se animaba a sus jugadores para buscar un tercer gol que sirviera para ascender.
En el último minuto de la prórroga el árbitro señalaba penalti por un derribo sobre Airam y Añón cogía el balón. La afición ya celebraba la pena máxima pero tenía que aguardar más de cinco minutos hasta que el ídolo de la afición marbellí pudo lanzar el penalti ante las protestas de los jugadores visitantes. No le tembló el pulso a Añón que firmaba el 3-1 y desataba la locura en el Municipal.
Cientos de aficionados saltaban al terreno de juego para celebrar el gol que suponía el ascenso de categoría. Los jugadores eran abrazados por sus seguidores aunque reinaba la duda sobre qué había pasado con el partido, puesto que el árbitro se había marchado escoltado por la policía hasta los vestuarios ante las protestas de los jugadores del Eldense que lo acorralaron.
Después de unos minutos de incertidumbre, el choque se dio por concluido y terminaban de estallar los seguidores marbellíes que ahora sí volvían a saltar al campo para agradecer a sus jugadores el esfuerzo realizado durante toda la temporada para devolver al equipo a Segunda División B.
El técnico Jaime Molina manteado por sus juagadores. (Foto: J.Z.)
Muchos jugadores no podían controlar las lágrimas, al igual que sus familiares que también bajaban hasta el césped para abrazarse con ellos y celebrar el ansiado ascenso. Un sueño perseguido durante toda la temporada. Añón y Arambarri, al igual que Jaime Molina, eran algunos de los jugadores subidos a hombros por los aficionados.
El equipo también manteó al técnico marbellí y se abrazó al presidente Alexander Grinberg, que también bajó hasta el césped para celebrar que el objetivo del ascenso se ha cumplido en su primera temporada al frente del equipo y a la primera oportunidad.
La fiesta continuó en el vestuario con unos jugadores desatados que han duchado a Grinberg, al vicepresidente, German Pastushenko, y al director general, Timoteo Bravo. También el presidente ha sido manteado dentro del vestuario en una noche que solamente comenzaba y en la que la plantilla aún tenía mucho por delante para celebrar.
El presidente ha acabado bajo las duchas del vestuario. (Foto: J.Z.)