El CB Marbella consigue una victoria de garra en su visita a Gijón (61-69)

Empezó muy metido en el partido el equipo marbellí en el Palacio de los Deportes de Gijón, sabiendo que era más que necesario lavar la imagen dada ante los de Galán en el partido de ida.

Con un Taylor Cameron en estado de gracia y con un trabajo defensivo digno de mencionar, poco a poco los marbellíes fueron cogiendo confianza ante uno de los equipos más en forma de la liga. El primer periodo acababa con 17-16 a favor de los asturianos con un triple de Duch desde el centro de la pista, pero las sensaciones del equipo eran brillantes.

Ajustó la defensa un poco más Pablo García y el equipo dio un paso al frente en la zona de atrás. Seguía anotando con fluidez el conjunto azulón y era Fede Giarrafa quien cogía el mando anotador.

Lazar Mutic, activo en el rebote, posibilitaba al equipo correr al ataque sin perder tiempo y eso lo aprovechaba el CB Marbella para ir remando siempre por delante. La irrupción de Savic en el juego le dio alas al equipo, que se iba ganando 30-34 al descanso.

La salida de los vestuarios le sentó, o eso parecía, mejor al CB Marbella, que pronto se ponía diez puntos por encima con dos triples seguidos de Fede Giarraffa y Emil Savic. Reaccionó pronto Gijón, que con un parcial de 7-0 puso el 37-40 cuando mejor iban las cosas para el Decano.

Empezaron los nervios y verse con el partido igualado y García tuvo que pedir tiempo muerto pra calmar los ánimos a falta de cuatro minutos para el final de tercer acto. Se repuso el equipo gracias al buen trabajo en defensa de Devin Wright y recuperó aire con un triple de Nedeljkovic, que con esa mano prodigiosa daba ventaja al equipo al final del tercer periodo (43-51).

El último cuarto tenía que ser el mejor de todos para el equipo. Gijón apretaba y Marbella tenía que aguantar de pie, desgastado por el físico a causa de las bajas por lesión. Anotaba Nedeljkovic de tres (48-59) y el equipo se venía arriba. Defendía, reboteaba y creía en la victoria.

Un nuevo triple de Mutic ponía la máxima del partido en 12 puntos y Marbella se desmelenaba. Tiraba de casta para desactivar el ataque local, que lo intentaba de todas las maneras pero que no conseguía anotar. Así, y tras unos últimos minutos frenéticos, los azulones tenían el partido controlado. Solo tenía que templar el juego cuando más lo necesitó, aprovechando la ansiedad local para llevarse finalmente el triunfo por 61-69.