Tres semanas han pasado ya desde que estallara el escándalo que salpica, una vez más, a la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, quien sigue, a día de hoy, 21 días después, sin ofrecer explicaciones convincentes, mientras en su propio partido, cada vez parece más evidente, este asunto está quemando. ¿Se atreverán a quitarla de en medio? De momento, hemos pasado de una trama por narcotráfico y blanqueo a la presunta corrupción política. Y lo que queda.
Las informaciones han ido 'in crescendo'. Inicialmente, conocimos que existe la posibilidad, hay indicios racionales de criminalidad, según el juez, de que la regidora tuviera en su casa, en su entorno más próximo, a personas (marido e hijastro) que
pertenecerían a una organización criminal, de esas tantas veces desmanteladas en la ciudad, que se dedicaba al tráfico de drogas y al posterior blanqueo de capitales.
Después, supimos que sus hijos biológicos figuraban en
una sociedad en Panamá que aparece señalada en el auto del juez por haber sido utilizada, supuestamente, para lavar dinero.
Y, con el paso del tiempo, hasta el
argumento inicial de Muñoz de que esta trama no tenía nada que ver con el Ayuntamiento se le ha venido abajo.
El juez ya destacaba el papel en la trama de la
empresa Codecosol, considerada "tapadera" para los negocios inmobiliarios de la familia de la regidora y que formaría parte de la estructura que utilizarían para blanquear.
A esa sociedad, que se sepa hasta ahora, el Ayuntamiento de Marbella le
adjudicó cinco contratos, prácticamente a dedo, con uno de los resquicios legales que existen para ello pero que, en este asunto, producen un hedor aún mayor.
Y ya, si le añadimos, que se han conocido unos
correos electrónicos en los que el marido de la alcaldesa (Lars Broberg) le enviaba el presupuesto de Codecosol para hacer una de esas obras, que finalmente se le concedieron, pues el escándalo adquiere proporciones descomunales.
Pero Muñoz como quien oye llover, ella
no sabe nada, no aclara nada y, cuando se le pregunta, como buena discípula del PP, utiliza el comodín de Pedro Sánchez. Está a nada de hablar de los independentistas.
¿Era habitual que su marido
le enviara presupuestos de obras de empresas afines? ¿Era normal que ella informara a su marido de cómo marchaban las actuaciones de la Delegación de Obras?
¿Tenía la regidora un correo electrónico B para estos asuntos? ¿Por qué utilizaba una dirección de 'gmail' y no la corporativa del Ayuntamiento?
¿A qué se refería
Villarejo cuando decía que su marido y sus hijos pegaban "unos palos de la hostia"?
¿Por qué su hijastro, presunto narcotraficante, tras la
victoria de Muñoz en las municipales de 2019, estaba tan eufórico hasta el punto de decir "Andalucía es nuestra"?
Muchas preguntas, pero
cero respuestas por parte de la alcaldesa, con lo que le gusta a ella una rueda de prensa o una cámara de televisión.
La estrategia es culpar de todo al PSOE y a los medios de comunicación, hablar de persecución, de
linchamiento y de querer hacerle daño. ¿A quién recuerda esta forma de afrontar los problemas? Exacto, a
Jesús Gil y sus acólitos.
El daño a Marbella con todo este asunto se lo está haciendo Ángeles Muñoz, que es quien
tiene al lado a los presupuestos delincuentes y con los que parece hasta hizo tratos en su día desde el Ayuntamiento.
Contarlo, y criticarlo,
no es querer destruir a la ciudad, más bien todo lo contrario, significa intentar que no se vuelva a repetir la historia.
¿Cómo va a terminar todo esto? Difícil saberlo, porque
queda todavía mucha tela que cortar, mucho por saber de esta trama.
Y una cosa es la transcendencia que tengan en los tribunales de justicia y otra
la responsabilidad política. ¿Puede Marbella, o cualquier otra ciudad, tener una alcaldesa siquiera salpicada por una trama de narcotráfico?
Personalmente, estoy ya es un deseo personal, me gustaría que el PP no relevara a Ángeles Muñoz para las próximas elecciones municipales, debería presentarse y que
la ciudadanía se rebelase y la quitara de en medio.
¿Difícil esto último, verdad? Complicado también lo primero, porque
en su partido este asunto quema y todo apunta a que habrá una fuerte lucha interna para apartarla.
Junto a ella hay mucha
gente agazapada, a la espera, sospechad también de los que más la apoyan en público y, sobre todo, comprad palomitas.