El muro de la vergüenza en Marbella

No, no es que dividía las dos mitades de Berlín durante la Guerra Fría, ni el del Sahara Occidental, ni el que separa a pobres y ricos en Lima (Perú), es el muro del colegio público García Lorca, donde estudian niños y niñas de Marbella, que da también mucha vergüenza, como los anteriores, pero porque lleva tres años apuntalado, generando riesgos para los escolares, sin que se arregle. 

Es una situación que debería avergonzar a cualquier político, porque está en juego el bienestar de los más pequeños, pero en Marbella se prolonga ya durante mucho tiempo, demasiado. 

Mientras el Ayuntamiento y la Junta, que en este caso no son del mismo color político (PP vs Cs), se echan las culpas el uno al otro y dicen que las competencias no son suyas, el muro sigue amenazando con venirse abajo. 

Los niños, por supuesto, no entienden de esas peleas, pero tampoco los padres, que en cómo parece imposible que esa pared apuntalada pueda arreglarse. 

La administración que tienen más cerca, que es, además, la que se debe ocupar del mantenimiento de los colegios, es el Ayuntamiento, que no ha hecho nada. 

En cambio, sí se pagan obras que son competencia de la Junta, como los supuestos nuevos centro de salud, y también se hacen remodelaciones innecesarias en rotondas que nadie entiende, o quizá sí. 

Pero no se arregla algo que parece urgente como es un muro que amenaza con venirse abajo junto a la entrada de un colegio público. 

Y es que los problemas, recordemos, empezaron a detectarse hace cinco años y a finales de 2018 se tuvo que apuntalar porque el riesgo de derrumbe era todavía mayor. 



Desde entonces nada se ha hecho, pese a que en diciembre de 2020 el Ayuntamiento anunció que incluía la obra en el privatizado plan de mantenimiento de centros escolares. 

En febrero de 2021, los padres, hartos, denunciaron la situación en Canal Sur Televisión y ahí surgió la figura de la alcaldesa para prometer que el muro se arreglaría este verano. 

El curso comenzó hace unos días con la pared en el mismo estado ante la desesperación de los padres, mientras desde el Consistorio echaban balones fuera sobre la Consejería de Educación de Ciudadanos, un clásico del PP, culpar a los demás. 

Estas obras no admiten más demora, suficiente riesgo han corrido ya los escolares. Arreglen de una vez el muro de la vergüenza de Marbella para que pase a ser el de la desvergüenza.