Con más de un año y medio para las próximas elecciones municipales (mayo 2023), ya ha comenzado la campaña electoral, aunque no en todos los partidos. Solo el PP parece haber puesto en marcha su maquinaria, pero sobre todo ha sido más bien la alcaldesa, Ángeles Muñoz, la que se ha lanzado de manera desaforada desde hace semanas a realizar todo tipo de anuncios, presentaciones y a tener una sobreexposición en los medios.
A nadie puede sorprender a estas alturas las ansias de mantenerse en el poder que tiene nuestra regidora, que camino de cumplir
14 años al frente del Ayuntamiento y lleva
23 años dirigiendo su partido a nivel local.
Muñoz no se va a retirar, ni mucho menos. quiere estar, al menos,
18 años como alcaldesa y llegar, también como mínimo, los
27 años como presidenta del PP de Marbella y San Pedro.
Nunca me ha parecido bueno que un político acumule tantos años al frente de un gobierno, sea local, autonómico o nacional. El tiempo invita a adquirir mecanismo para el mejor control de las instituciones y, en muchos casos, suele
degenerar en corrupción.
Ocho años son más que suficiente para que un cargo público desarrolle sus proyectos si se aplica a ello. Tras ese periodo debe marcharse y dejar paso.
En Marbella, si hacemos balance de los
casi 12 años y medio que lleva Ángeles Muñoz en la alcaldía, la conclusión es que muy pocas cosas se han hecho, sobre todo en comparación con las necesidades del municipio o con lo que han avanzado otros cercanos.
No ha sido capaz, por citar un ejemplo, de hacer una
residencia para personas mayores, que prometió nada más llegar, primera piedra incluida.
Otro de sus grandes mantras fue la
ampliación del Puerto de La Bajadilla, pero ahora que gobierna su partido en la Junta ya no es importante y basta con mejorar la fábrica de hielo.
Y qué decir de las
instalaciones deportivas, donde hasta se ha dejado venir abajo el estadio municipal de Marbella
Pero bueno, desde hace ya unas semanas está
en modo electoral, acudiendo a todo tipo de actos, hasta para liberar tortugas, realizando anuncios (incluida otra vez la noria), incrementando aún más su aparato de propaganda y volviendo a prometer todo lo prometible.
Ha empezado
pronto, muy pronto, aunque en esta ocasión no todo es igual que en ocasiones anteriores. La regidora tiene sobre su cabeza una espada de Damocles, que no sabe cuándo caerá, por lo que parece haberse preparado ya para ello.
Como años atrás, vuelve a
estar cercada por la Justicia, aunque en esta ocasión parece más difícil que algún juez le eche una mano.
No podemos olvidar, aunque ya le gustaría a ella, que
su marido fue detenido y registradas sus empresas en una operación contra el tráfico de drogas y el blanqueo de capitales.
También está implicado
el hijastro de la alcaldesa, que fue detenido en Brasil y ha sido extraditado a España, donde se le acusa de "líderar una organización criminal dedicada al tráfico internacional de drogas, especialmente hachís y cocaína, entre Suecia y España", según la Audiencia Nacional.
Y no olvidemos tampoco que otro de los investigados en esta trama es un
policía local de Marbella fue fue escolta de Ángeles Muñoz.
Demasiada cercanía a esta supuesta red de narcotráfico y blanqueo en la que está por ver si podría haber participado también la alcaldesa y presidenta del PP local.
En previsión de males mayores, ella ha optado por
la huida hacia adelante, como si no pasara nada y vendiendo humo como en sus mejores tiempos.
Necesita dar la sensación de que hace cosas, de que se preocupa por su municipio, por si llega el momento en que
su voz aparece en alguna escucha telefónica.
En caso de que eso ocurriera, dudo que la pasara factura electoral en Marbella, donde sigue tocando los
mismos resortes que en su día Jesús Gil y todavía le funciona. A este último fueron hasta a aplaudirle a la cárcel.
Otro asunto sería la decisión que podría tomar su partido, aunque ella va a insistir en
aferrarse al sillón de la plaza de Los Naranjos. Tiene en marcha, nada más ni nada menos, que la redacción de un nuevo PGOU.