Comprar armamento para que los agentes de la Policía Local desarrollen su trabajo en las mejores condiciones de seguridad es algo razonable. Justificar la compra de pistolas táser con la pandemia y la necesidad de utilizarlas contra sintecho y drogodependientes es algo obsceno y miserable. También es innecesario, salvo que, en caso contrario no habría sido posible comprarlas por vía de urgencia y sin concurso público. ¿Realmente había tanta prisa?
El asunto lo desvelamos aquí, en
Marbella24horas, el pasado
8 de mayo. No fue un ataque contra nadie, y menos contra la Policía Local, como algunos quisieron creer. Pusimos en la mesa lo que decía un decreto firmado por el teniente de alcalde, Félix Romero.
Su contenido era repugnante y, de ahí, la trascendencia que tuvo la noticia, que incluso motivó la reacción de la organización
Amnistía Internacional.
Y es que al equipo de gobierno del PP en el Ayuntamiento de Marbella le dio por utilizar la
vía de urgencia que permitía la pandemia para
comprar las táser de forma rápida y sin grandes trámites legales.
Hay que recordar que el Real Decreto Ley de 12 de marzo, que establecía el estado de alarma en toda España, permite desde entonces que cualquier necesidad para hacer frente a la pandemia se realice por el trámite de emergencia en las administraciones públicas.
A alguien en Marbella se le debió encender la bombilla sobre su cabeza. "¿Y si colamos por ahí las pistolas táser?", pudo pensar. Pero, claro, hacía falta una buena justificación para vincularlas a la COVID.
Y a algún iluminado se le debió ocurrir que qué mejor argumento que proteger a los agentes de
personas sin techo o drogodependientes, para que no les contagiaran el coronavirus.
En el decreto establecía la necesidad de las pistolas para que los agentes "extremen las condiciones de contacto con la población en general y muy especialmente con colectivos vulnerables que les hacen, como consecuencia de sus adicciones y estilos de vidas, blancos fáciles a la hora de contraer cualquier tipo de enfermedad y por tanto de contraer este virus".
"Muchos viven permanente en la calle y con la carencia de las más mínimas condiciones de higiene y sanidad", ahondaba el texto para mayor vergüenza de los políticos que están detrás de él.
Así cuadró todo y se pudieron comprar las armas, de forma rápida, sin concurso público, a dedo, a una
empresa de barcelona, Nidec S.L.U., por importe de
43.669 euros. Pero, ¿era necesaria tanta prisa?
También se echó de menos en todo este asunto que
algún sindicato protestara y mostrar su malestar contra el equipo de gobierno por la justificación utilizada, que ponía en la picota a los propios agentes de la Policía Local de Marbella.
Obviamente no las van a utilizar contra "colectivos vulnerables", pero faltó algo más de crítica contra el patrón que, para eso, se supone, están los sindicatos.
El asunto llegó al
pleno del pasado viernes, en el que la oposición criticó los motivos que se utilizaron para comprar las pistolas táser. En el equipo de gobierno, silencio. Ninguna explicación a un decreto bochornoso. Para qué.