La semana ha estado marcada por distintas polémica en torno a las playas del municipio. Y ninguna de ellas ha tenido que ver con los espigones, algo curioso, pero es que el litoral da para mucho. Todo ha estado relacionado con decisiones del Ayuntamiento, que no han gustado, pero a estas alturas de la película, con tres años aún para las municipales, poco les importa.
Seguimos con el tema de los espigones abierto, en lo que podría ser la solución para las playas de Marbella y San Pedro, pero ahora, tras el larguísimo proceso medioambiental, está varado en la
Junta de Andalucía, que debe emitir un informe.
Resulta incomprensible que el PP, que tanto ha clamado por la
estabilización del litoral, sea ahora el que le está poniendo freno. Deberían convocar una manifestación los palmeros y cargos de confianza, pero no creo.
Con ese tema aún pendiente, las noticias sobre las playas han protagonizado la semana, con diferentes conflictos. Vamos por partes.
Voley en la playa del Cable.
Los querían trasladar, pero a estas alturas estoy convencido de que la gente del Costa del Voley
va a seguir utilizando la playa del Cable, como es su deseo.
Han mostrado músculo, recogiendo en muy pocos días
casi 1.500 firmas de apoyo y han hecho recular al Ayuntamiento, cuya única salida ha sido utilizar el comodín de Pedro Sánchez, en esta ocasión en forma de culpar a Costas.
Pero de la playa del Cable
se saca arena todos los años para repartir por el resto del litoral y nunca ha afectado al vóley. Las mentiras tienen las patas muy cortas y poco les han durado.
Y si las nuevas
instalaciones del Pinillo se quedan vacías, el error será del equipo de gobierno que ha decidido construir algo que nadie quiere, al menos para jugar al vóley playa, aunque seguro que alguien ha sacado una buena tajada, otra más.
Ordenanza de playas
Después de
15 años al frente del Ayuntamiento, el PP ha decidido ahora elaborar una ordenanza para regular el uso de las playas. Cuesta entender la tardanza cuando, por ejemplo, la de Málaga data de 2004.
En la nueva normativa, como
desvelamos en Marbella24horas, figuran algunas prohibiciones que bordean
el ridículo como la de realizar las necesidades fisiológicas en el mar.
La cuestión no es ponerlo en un artículo, sino
cómo se puede cumplir, además de calibrar qué efectos nocivos tendría una micción entre tanta agua. Otra cosa es en una piscina.
También impone a los
hamaqueros la obligación de ir uniformados con polo, pantalón corto y gorra, todos iguales claro. En pleno mes de agosto a muchos no les hará gracia la norma.
Cambio Plan de Playas
Y el asunto más polémico si cabe, también
avanzado por Marbella24horas, ha sido la r
ebelión del sector contra la intención del equipo de gobierno de modificar sobre la marcha el Plan de Playas 2022-2025.
Lo que quieren hacer es cambiar las reglas mientras se juega el partido, porque así tienen más tiempo para que se vaya pasando el mosqueo antes de las próximas
elecciones municipales, parece evidente.
Resulta ridículo que quien ha permitido la ocupación masiva del litoral durante 15 años, ahora de repente diga que quiere
liberar espacio para la ciudadanía. Eso solo se lo creen cuatro palmeros.
Tras esta modificación, los hamaqueros sospechan que hay
un intento de privatizar los servicios que se prestan en las playas del municipio y entregárselo a una empresa, nada nuevo en el equipo de gobierno del PP.
De momento, han creado
una asociación para defender sus intereses, con más de 120 miembros, y contratado un prestigioso bufete de abogados. No parece que vayan a dar su brazo a torcer.
Van a intentar parar con mecanismos legales el Plan de Playas y, si no, seguro que toman medidas de presión como alguna huelga o concentraciones.
Es un asunto que promete
un verano caliente, y no solo por las temperaturas, en las playas de Marbella.