La cosa está que arde. Lo mires por donde lo mires, todo es caló. Caló, pero de la buena. Que, si ustedes quieren y nos dejamos de vulgarismos, le llamamos calor y ya está. Pero que sepan que será ardiente. Que el calor no tiene ética ni hace distinciones de clases sociales. Aunque de esto último algunos no estarán de acuerdo.
Arden las bolsas, todas con el mismo color -el rojo- que nos indican que bajan. No de temperatura. De cotización. Es por tanta caló que, estando ya en el mes de junio, ni nos hemos dado cuenta que ha pasado la primavera. Se lo escuchaba el otro día a la oposición: “con tanta caló, este Gobierno (querían decir Sánchez) nos ha quitado hasta la primavera”. Arde Ucrania, con una caló insoportable consecuencia de la deflagración de las bombas contra la población civil.
Es por la caló por la que arden los taxistas y los transportistas. Los precios de los combustibles están en continua ebullición y esas temperaturas incrementan los precios con muy poco control. Quiero decir, que son muy pocos los que los controlan.
Hace mucha caló. Pero que mucha. Y muy poco aire “eólico”, pero que muy poco. Topan el precio del gas, que también produce calor, para que baje la electricidad. Dicen. El Gobierno, lo dice. Lo topan. Pero sigue haciendo caló. Y sigue creciendo el precio de la electricidad. Que antes se fijaba en buena parte por el precio del gas. Y ahora, también.
Pero alguien, sesudo o sesuda, ha hecho las cuentas para que a pesar de ese precio tope haya que compensar a los que antes nos cobraban caro el kilovatio. Se trata de que nos lo sigan cobrando igual de caro, o más. No vaya a ser que por cuestión de la caló, las compañías eléctricas vayan a perder. No caló, sino dinero.
Con caló, con mucha caló andan algunos candidatos a las elecciones de este próximo domingo aquí, en Andalucía. Que sepan ustedes -a los que lo sufrimos esta explicación sobra- que aquí, repito en Andalucía, hace muchísima caló. Calores le entra a Espadas, el candidato del PSOE, porque parece que en esta partida pintan bastos, u oros, o copas. Copas, y las pagaría él, se tomaría Marín, de Ciudadanos, si consigue quedarse en el gobierno. Con el PP. Aunque haga mucha caló. Olona, la de Graná, dice que con ella o si no ná de ná. Y que a veces es mucho mejor ná que ná, ¡que digo a veces! Que eso piensa Moreno, el del PP, pero que si encarta pues ná, que se va con la de Graná. Caló, pero que también mucha caló, están pasando los de Adelante Andalucía. Imagínense. Todos juntos. Con el calor que desprende el cuerpo humano.
Dentro de poco llega el verano. Época en la que en este país estamos acostumbrados a que haga calor. En esas fechas no nos quejaremos. Estaremos de vacaciones y, como todos los años, confiaremos que a la vuelta todo se haya solucionado. La bolsa, la guerra, el precio del gas, los combustibles, la inflación y el Euribor, la prima de riesgo, y la caló. Tranquilos. Estoy en posición de prometerles -al estilo Florentino, a la sazón presidente del Real Madrid- que tranquilos. La caló pasará. Como siempre. Recuerden. Sin distinciones ni clases sociales.