Dicen que todos tenemos un doble. No un duplicado, no. Un doble. Y sin tener que llegar a ser actor cinematográfico. Que en ese caso tiene más valor. Mi doble, al que todavía no he conocido, si parece que anda por ahí a la vista de los demás. No creo que me tenga miedo. Al fin y al cabo, si necesitas un doble, es para que arriesgue él.
Me han contado que mi doble ha aparecido recientemente por la provincia de Huelva. No debe ser un doble con recursos. Si fuera al revés, que yo fuera el doble de él, habría aparecido más lejos. O muy, muy, lejos. Podría aparecer en Australia. Ya tengo todas las dosis de las vacunas. Incluso podría llegar hasta Nueva Zelanda.
Mi doble tiene un maravilloso sentido rural. Sin saberlo yo, y eso que soy su doble, apareció en la ermita de la Virgen de Clarines. Un sencillo santuario rural cuya edificación primitiva data de lo que se denomina la Baja Edad Media, de comienzos del siglo XIV. Por si quieren realizar visita, decirles que este Bien de Interés Cultural se encuentra en la localidad de Beas, al norte de Huelva capital. Le seguí, pero su pista se esfumó. No sé si a ustedes les ha pasado lo mismo. Encontrarse con su doble y perseguirlo. Aunque sea en zapatillas.
A quien si parece que está de moda perseguir es a quien fue un alto miembro de nuestra casa real. Lo de alto, lo digo por la altura. Unas -para algunos- impactantes imágenes de este individuo paseando por una playa de la mano de una señorita -que cuentan fue miss, como si esto fuera o fuese importante- están copando las noticias de los medios de comunicación. Llevo ya un día pensando en ello y todavía no encuentro la importancia del hecho. Del hecho personal y que debería quedar en el plano privado. Porque ¿qué nos importa a los demás con quien pasea fulanito o menganito?
Leo también que un mal profesional periodista nos toma a los demás por papanatas. El que firma como Javier Negre, que ya desde pequeñito el Partido Popular se le quedaba como muy de izquierdas, ha lanzando un nuevo ataque contra la persona de Pablo Fernández, líder de Unidas Podemos en Castilla-León. Le acusa de haber sido quiosquero, para ahora vestir de traje y ganar más dinero. Además de mostrar muy poco respeto por cualquier humilde y honrado trabajo desconoce el currículum del Sr. Fernández con licenciatura en Derecho.
Y también, en un ámbito más local, aquí en Marbella, un concejal del Partido Popular, con estudios básicos, aunque con una prueba de acceso a la Universidad de Derecho, con currículum demostrado en el uso del teléfono, Cuarto Teniente-Alcalde y, entre otros cargos, concejal de Limpieza, Obras e Infraestructuras, Parques y Jardines, manifiesta querer hacer obras en la emblemática Alameda de Marbella.
Los que ya le conocemos nos hemos echado a temblar. Los árboles también. No por su currículum, no. Cada vez que anuncia obras lleva consigo la tala de todo elemento vegetal vivo. Y eso, a pesar de lo que la propia web del Ayuntamiento indica sobre la Alameda: “La Alameda ha sido el orgullo de Marbella durante mucho tiempo. Esta enorme zona verde, auténtico pulmón de la ciudad, data del siglo XVIII y ocupaba en su día una extensión de 20.000 metros cuadrados…”.
Tengan especial cuidado. Se lo ruego. Los actos de algunas personas pueden resultar siendo peligrosos y nada indicados para el bienestar general. Si acaso ven ustedes a los dobles de los aludidos -a los dobles, espero que no los duplicados- traten de encaminarles hacia Beas. Allí, la Virgen de los Clarines, seguro que los resguardará dentro de su camarín.