Este año se cumple un decenio desde que la Fundación del Español Urgente, también conocida como Fundéu (ahora Fundéu-RAE), elige al finalizar cada año y entre doce candidatas la que viene a considerar la “palabra del año”. Por el título del artículo ya ustedes deducen que ha sido “polarización”.
La agencia EFE, quien junto a la Real Academia de la Lengua son quienes promueven a la Fundéu-RAE, desarrolla informativamente esta noticia aduciendo que el término ha sido seleccionado “por su amplia presencia en los medios de comunicación y por la evolución que ha experimentado su significado”. Y lo hace, de forma concreta, por uno de sus cinco significados según la RAE. El que se refiere a: “orientar en dos direcciones contrapuestas”.
Si bien “polarización” aparece en el diccionario de la academia desde 1884 con el mismo significado de hoy en día: “acción y efecto de polarizar o polarizarse”, el término se restringía más al lenguaje de la ciencia.
Pero, siendo honestos, este significado se queda corto entendiéndose mucho mejor su interpretación en el sentido de querer aludir a situaciones en las que hay dos opiniones o actividades muy definidas y distanciadas (en referencia a los polos), en ocasiones con las ideas implícitas de crispación y confrontación. Y aquí, en nuestra piel de toro, esto lo bordamos. Aunque no somos los únicos.
La polarización de la sociedad, de la política, de la opinión pública o de las posturas en las redes sociales, también en nuestras recientes cenas familiares, son ejemplos habituales que nos encontramos a nivel mundial. No es necesario que llegue un Madrid-Barça para expresar la idea de división en dos bloques bien diferenciados; para que las posiciones u opiniones se enfrenten sin piedad sin que podamos acudir a un árbitro (existiría polarización también si nombramos a Enríquez Negreira).
Resulta curioso observar como el término elegido tiene una rima perfecta con “confrontación”, “división”, “crispación”. De todo ello hemos tenido unas buenas dosis en este año que ya termina. Mucho me temo que cuando finalice 2024 tampoco sea necesario elegir nuevo término.
Sin embargo, y no se trata de ejercer un “buenismo” interesado, quiero inclinarme por otras rimas y otros términos tales como “unión”, “actuación”, “aceptación”, “adaptación”, “atemperación”, “celebración, satisfacción o congratulación”, “normativización”, “discreción” o “vocación”, todas ellas en la dirección del acuerdo.
Si no fuere así, solo me que queda recordar y felicitar a Serrat que ayer cumplió 80 años, con una de sus canciones. Lleva por título: “Esos locos bajitos”, y su letra llena de ternura, de amor, está dirigida hacia la idea de como queremos educar a los más pequeños, a nuestros hijos.
Una de sus estrofas dice así:
“Niño,
Deja ya de joder con la pelota.
Niño,
Que eso no se dice,
Que eso no se hace,
Que eso no se toca”
Elijan ustedes polarizarse o no. Yo me quedo con Serrat y con mis mejores deseos para todos en este nuevo 2024.