Escribo este cajón de sastre en la misma tarde que nuestro equipo nacional de fútbol disputará la primera semifinal del Campeonato de Europa de Selecciones ante Italia. Un día después de conocer el hasta luego de una italiana, la Carrà, que muchos habíamos hecho española. Se le preguntó muchas veces al respecto y ella, dicharachera y alegre como siempre, nunca renegó de su país -es muy ingrato hacerlo- para añadir que tenía la suerte de sentir en su corazón dos países: Italia, y por supuesto España.
La Carrà nos ha dado momentos de felicidad, de risas, de euforia y de bailoteo. Bailoteo es lo que hicimos nosotros con Italia en la Eurocopa del 2012: 4-0 a nuestro favor y no jugaban ni Tasotti ni Luis Enrique. Esta tarde tampoco juegan ellos. Esta tarde parece ser que no somos los favoritos. Pero el balón no entiende de estas cosas y, un joven grupo de futbolistas, nos puede hacer llegar a una nueva final. En la Inglaterra de Boris, no Yeltsin que ese es ruso, en la de Johnson, que ese es hijo de la Gran Bretaña. Él, que no deja ir a ningún español a ver el partido. Tampoco a los italianos ni a los daneses. Aduce que su situación sanitaria no lo permite ¿Y la nuestra? Permite la nuestra poder recibir al resto de hijos de la Gran Bretaña. ¡Ahh se me olvidaba! El tipo amenazador y capo de la UEFA sí mete en el país a 2.500 VIP´s con entrada y copas “free”.
Finalizan los actos reivindicativos del colectivo LGTBI con tragedia sobre las calles de mi querida Coruña, también más lugares. Realmente desconozco en detalle los motivos de tal agresión. Cualquier agresión, todo tipo de odio, homófobo o no, es condenado por mi parte. También condeno a quienes se infiltran en manifestaciones de repulsa a estas acciones para terminar provocando incidentes. Incidentes a los que acude la policía y con imágenes -de un lado y de otro- que tampoco me gustan. Ni siquiera gritando: Soy periodista.
Surge la polémica de nuevo con el presidente del Partido Popular. Casado, que ese es su apellido, ya nos informó que su abuelo era republicano y que fue encarcelado, y represaliado. Nos lo hizo saber cuando defendía que siguiesen en el Valle de “los Caídos” los restos del dictador Franco. Nos lo hace saber de nuevo, ahora, cuando sabe pero no quiere reconocer quiénes fueron los que se sublevaron contra el Gobierno democrático de turno y nos llevaron a una Guerra Civil. Su dislate el otro día en el Congreso tiene que ser remediado, en parte y de nuevo, por Núñez Feijoó. Y sus acólitos aplaudiendo. A Casado, vale. A su dislate, no por favor.
Que se haya tenido que aprobar una ley para juzgar la violencia sexual donde el “solo sí es sí”, que es igual que “No, es no”, sea causa determinante para distinguir entre agresión y abuso, y que así se recoja en nuestro Código Penal, me congratula a pesar de tener que reconocer lo atrasado de que estamos en esta materia. Esperemos que el paso de esta norma por Congreso y Senado no nos haga retroceder en el reconocimiento de quienes lleven a cabo estos delitos, y se apruebe. Un acuerdo unánime sería motivo de gran satisfacción por mi parte. Por ustedes es cosa suya.
Se abre otro melón entre el Govern y el Estado. El primero ha anunciado la creación de un fondo, con una aportación inicial de 10 millones de euros, para cubrir la fianza de 5,4 millones de los 34 encausados por el Tribunal de Cuentas. Exdirigentes y funcionarios. Ellos, el Govern, entiende que es legal por su parte “dar cobertura” a las reclamaciones judiciales o administrativas de sus trabajadores públicos y altos cargos. Todo por los gastos relacionados con la promoción exterior del procés, mejor dicho porque se superó el límite de lo que la legalidad estatutaria imponía. Unos para aquí, otros para allá. Pim, pam, pum, fuego.
Y por último, que casi, casi, empieza el partido y he de calentar, decirles que estoy organizando mis vacaciones de verano. Esta vez el destino elegido es África. Y es para adultos. Bueno, vale, los adúlteros también entran. Entran todos aquellos que sean padres y madres; madres y padres, de cualesquiera de los alumnos que se fueron a realizar su viaje de estudios. A Mallorca o donde quisieran. Tienen la ventaja que no tienen que pedir permiso a sus hijos. Ellos, como padres-madres son mayorcitos y responsables. Saben que en África, todos juntos, al ser un continente muy amplio tenemos más “distancia social”. Saben que en muchos países de los que recorreremos el alcohol no está permitido. Que como hay escasez de agua no podremos hacer mucho “balconing”. Pero que como personas responsables nos podemos ir. Luego, si cabe, ya nos llegará un barco desde España para traernos a casa. O un avión. Y si nos ponemos malitos nos atenderá el personal sanitario. Y nuestros hijos. Esos siempre cuidarán de sus padres. No sé, prefiero a Rafaela. Ella siempre cantaba “Hay que venir al Sur”. Aunque aquí, en Marbella, ya hemos llegado a más de 500 de incidencia. Y nadie responsable ni dice, ni hace nada.
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