Espero que les guste el cine. Que les guste la música: el góspel, el blues, el pop y el rock. En definitiva, que les guste el soul. Y también, ¡como no!, que les guste Aretha Franklin. Estoy convencido que les gusta la buena lectura. Por mi parte no deben preocuparse: seré breve.
Antes de ayer, en una de las plataformas comerciales, visioné con buen grado de emotividad “Respect”. La película, estrenada en España a finales de 2021, sigue la carrera de la gran diva desde su niñez -cuando cantaba en el coro de la iglesia de su padre- hasta que ya adquiere fama internacional. Reconozco que a posteriori he leído las críticas de la película. A pesar de sus nominaciones (canción y película) a los premios Globos de Oro, Satellite Awards y del Sindicato de Actores (SAG), las críticas de los que dicen que entienden no se puede decir que sean en su mayoría positivas. Yo les sugiero: véanla y juzguen ustedes. A los críticos y a la película.
El título de la peli, que traducido al español ustedes ya han comprendido que significa “respeto”, viene dado por el de la balada que originalmente escribió el también cantante de soul, Otis Redding en 1965. Su letra traslada el mensaje que Redding quiso dar de un hombre trabajador que, por ser el sostén económico de la familia, exigía de su mujer ese respeto que creía merecer a su vuelta a casa. ¿Conceptualización de machismo? Pues sí, que quieren ustedes que les diga.
En 1967, Aretha hizo su propia versión modificando buena parte del estilo musical, así como la letra. Adaptó esta de forma totalmente inversa a la de Redding. Quiso, y consiguió, hacer una representación de sí misma; de su lucha personal, de sus traumas, de esa toxicidad masculina que durante tantos años se empeñaba en hacerla creer que tenían el derecho de dirigirla. Como si de una marioneta se tratase. Sin embargo, ella era la fuerte. Ella era la mujer que quería y sabía como hacer. Ella era quien exigía “respect” de los hombres.
Tan solo dos años después, la canción dentro del album “I never loved a man the way. I love you”, se convirtió en un verdadero éxito e himno asociada a la lucha por la libertad y los derechos de la población negra. También por esa misma lucha y liberación de las mujeres. Un giro radical del machismo al feminismo. De la Alabama de los años 60, ¡por que no decirlo!, a las fechas actuales. Algo ha cambiado. No lo suficiente.
La peli, construida sobre los éxitos de Aretha de esa época, tiene unos potentes momentos de música. Música de soul, música e interpretación de góspel. Quienes hayan asistido a algún evento de este tipo comprenderán mejor esas sensaciones. Algo sale de dentro. No sé si es un canto a la fe; a esas luchas por sobrevivir, por seguir adelante. Es muy difícil disociar la letra de estos himnos con la interpretación. Algo por otro lado innato en la población negra.
Hoy quiero recomendarles que vean la película. Que escuchen la canción. Por cierto, autorizada por la propia Aretha. Que la sientan. Que se fijen en esos textos subtitulados. Que lo hagan con un mismo contexto. Uniendo la emotividad y la reivindicación. De la mujer al hombre. Del hombre a la mujer. Como solistas y en coro. Entre todos gritemos y cantemos, cada día, R-E-S-P-E-C-T.