Me provoca un escalofrío leer el titular de este mismo diario hace un par de días: “La abstención en Marbella ha sido la más alta en 40 años en unas municipales”. En datos, significa que el 48% de los votantes se ha quedado en casa. Este vacío, este dejar huérfana a la democracia de su herramienta más poderosa nos convierte a los marbelleros, marbellenses, marbellíes en cómplices necesarios de la socialización de la corrupción.
Connivencia necesaria con la falta de transparencia, con la ausencia de participación, con el desmantelamiento de los servicios públicos, con el gobierno de los intereses creados y el clientelismo, con situar en la subasta a nuestra ciudad como si estuviera en venta... En eso se traduce tan altísimo porcentaje de abstención.
La ciudadanía que se ha quedado en su casa, que no ha votado por hastío, por pereza o por cinismo se transforma de manera inmediata, por su pasividad, en moneda de cambio de los intereses de unos pocos.
Hace años, una dirigente de la izquierda en Euskadi me hablaba de la metáfora del autobús en relación a las elecciones. Ningún autobús va a parar justo en el portal de tu casa, tendrás que desplazarte unos metros hacia allí o hacia allá para poder cogerlo, si no lo haces, si te quedas parado o parada frente a tu portal, verás cómo pasan los autobuses que otros sí han cogido. Siempre me ha parecido muy gráfica como argumento ante el discurso de la antipolítica y de los descreídos. Si no votas tú, alguien votará por ti
La alarmante pasividad que encierra este altísimo porcentaje de abstención puede esconder ese otro concepto al que me refería antes, connivencia necesaria, concepto sobre el que debatía en la noche electoral con el siempre docto Enrique Monterroso. Mirar para otro lado nos convierte en cómplices interesados, directa o indirectamente, pero siempre cómplices.
Más allá de las argumentaciones sociológicas, esta es la realidad “de los 93.585 personas que tenían derecho a voto en Marbella, en las municipales solo acudieron a las urnas 48.664 (52%), lo que significa que 44.927 posibles votantes no ejercieron su derecho (48%)”.
Conviene recordar que el derecho al voto es una conquista, el arma, instrumento que la ciudadanía nos hemos otorgado para controlar el uso del poder de nuestros representantes institucionales. Si no votas tú, alguien votará por ti. Esa es la realidad. Y en Marbella, vaya si lo han hecho.