La fotografía del lunes en San Pedro, en la que todos los partidos políticos acudieron a la llamada de APYMESPA, para visibilizar su rechazo a la consulta sobre la peatonalización de Marqués del Duero, ilustra la soledad de Rafael Piña enrocado en la Tenencia de Alcaldía. Soledad mayúscula, porque incluso los populares, socios de gobierno municipal junto con los sampedreños, estuvieron presentes en la rueda de prensa, aunque quizá aquello fuera más metáfora de un faconazo con la diestra, un aviso para navegantes, una foto de cara a la galería, qui lo sa.
Esta imagen es consecuencia de una sensación, la sensación que provoca gobernar desde la reacción y no desde la acción, desde el rebufo y no desde la transformación, desde la improvisación y no desde asunción de responsabilidades y la toma de decisiones. El proceso debería ser: Este es mi ideario, esta es mi planificación, este es mi proyecto y tengo la obligación de defenderlo y de convencer, conquistar, informar a la ciudadanía para hacerle ver que puede ser positivo.
La peatonalización de la avenida Marqués del Duero y la escenificación de una consulta ciudadana, que ha derivado en sondeo por las diferentes implicaciones administrativas que conllevaba, es un ejemplo de este gobierno de impulsos. Una peatonalización sobre la que se abren múltiples interrogantes como ¿cuáles son los informes técnicos que avalan la consulta?, ¿cuáles son los informes técnicos que justifican la peatonalización?, ¿cuáles son las alternativas planteadas para el aparcamiento y el tráfico?, ¿cuáles son los informes técnicos sobre la incidencia de la peatonalización en el comercio?, preguntas similares se han realizado todos los actores afectados, ciudadanía, comerciantes, grupos políticos, preguntas similares se han dirigido a la Tenencia de Alcaldía, sin que desde la casona de la Plaza de la Iglesia se haya facilitado respuesta alguna.
La ciudadanía, por tanto, se enfrenta a una consulta de la que poco o nada se sabe, sin poder tener los argumentos, el juicio crítico, la valoración, para votar de manera afirmativa o negativa. Se puede estar a favor de la peatonalización, pero no querer votar por no tener la información necesaria y pertinente.
Siempre he defendido el empoderamiento de la ciudadanía, dar voz a los vecinos y vecinas, hacerlo a través de diferentes mecanismos, ya sean consultas, sondeos, referéndums o los articulados Presupuestos Participativos, pero para decidir quiero saber, conocer, estar suficientemente informado para que mi voto no esté sesgado desde el origen por intereses espurios.
Esta consulta adolece de la información mínima necesaria para forjarse un juicio, el sujeto de la votación es muy discutible (solo podrán votar las personas empadronadas en el distrito electoral de San Pedro, aunque en la web de participación ciudadana no se indica), la plataforma digital de voto incluye en su página principal argumentos a favor del SÍ y argumentos a favor del NO, condicionando de manera muy burda el sentido del voto, la consulta no se ha publicitado ni en las redes sociales de la tenencia de alcaldía ni en los medios de comunicación, tampoco se garantiza el anonimato del voto ni si soy sujeto del mismo o no. En fin.
Estoy a favor de la peatonalización de los centros históricos de las ciudades, comprendo y comparto sus beneficios, pero como ciudadano solicito que formen parte de un proyecto mayor, de una estrategia de ciudad, de un concepto más amplio de movilidad urbana sostenible y que así me lo expliquen las administraciones, que me informen. Pero este, lamentablemente, no es el caso.