La sostenibilidad no es una bandera, la sostenibilidad es una creencia profunda en buscar un equilibrio entre las necesarias actividades humanas y la naturaleza en pos de un beneficio común, un quid pro quo, en el que ni las unas ni la otra salgan perjudicadas, y no solo eso, sino que de esta sinergia ambas salgas fortalecidas. O se cree o no se cree, o se aplica el modelo o no se aplica, las medias tintas, las fintas y el postureo no van con esta necesidad de equilibrio.
Por eso mismo, no puedes exigir protección cuando hace día y medio pregonabas un helipuerto en ese mismo espacio. Apostar por la sostenibilidad va más allá. No deja de parecer sonrojante que el gobierno del PP de Marbella solicite a la Junta de Andalucía la protección de las Dunas de El Pinillo cuando en 2014 vetaba una propuesta de la oposición, Izquierda Unida en este caso, que precisamente solicitaba dicha protección. No.
La sostenibilidad es una carrera de fondo que exige cuerpo y empoderamiento, no solo de la ciudadanía sino principalmente de las administraciones competentes, exigirse a sí mismo la responsabilidad del equilibrio, el fomento de los espacios verdes públicos y abiertos, el fortalecimiento de las figuras de protección, la pedagogía práctica in situ, la puesta en valor de los ecosistemas vernáculos…
Y todo ello está frontalmente reñido con el maniqueo juego político. O te lo crees o no te lo crees, la sostenibilidad no puede ser una apuesta a medias porque configura un modelo de ciudad, una manera concreta de relacionarte con el medio ambiente y con el futuro.
Siempre cabe la posibilidad de Ver La Luz, así con mayúsculas, de caer del caballo como Saulo camino de Damasco y abrazar la causa sostenible como si te fuera la vida en ello. Cabe, la posibilidad cabe, pero dudo que sea el caso.
La sostenibilidad no puede aparejarse a la gresca competencial, a la lid entre administraciones, no puede ni debe utilizarse como arma arrojadiza porque, entre otras cosas, esta actitud pone las cartas sobre la mesa y delata tu escaso interés real en la conservación y protección.
La sostenibilidad es la concreción de una mentalidad en la que la preservación y el futuro van indisolublemente unidos. Va más allá de un modelo de ciudad, es ya un modus vivendi y un modelo de pensamiento. O apuestas o no apuestas. O te lo crees o no te lo crees.