FITUR, después

Ya no hay tanta pitanza como antaño, degustaciones, bebidas espirituosas vernáculas, algunas, pero las menos. FITUR ya no es lo que era en este sentido, cuando podías ponerte púo a delicias del mundo sin pasar por caja, todo por mor y gloria de la promoción de un destino.

La digitalización ha cambiado un tanto estos usos de antaño, tan antaño como hace cuatro cinco años, cuando aún se ganaba a los medios y los promotores gracias a las papilas gustativas. El bocado de media mañana es ahora producto de la inteligencia artificial. No hay otra en este 2025.

Lo que no cambia es la autorreferencia constante. Ir a la Feria de Turismo de Madrid para vender tu destino en los medios provinciales, para decir a tus vecinos y vecinas que has ido, para contar a tus vecinos y vecinas que has estado.

Las agendas de trabajo son otro cantar. Hay destinos y agencias y promotores que se toman muy en serio los tres días que FITUR dedica a los profesionales y preñan su Google Calendar de citas y entrevistas de trabajo para que la simiente de hoy dé fruto mañana, el resto es espectacularización turística.

La semana pasada apuntábamos sobre este particular, que no cambia con el paso de los años, y sirve para FITUR como para tantas otras cosas. Si detrás no hay proyecto, no hay seguimiento, no hay medios y largos plazos, el paseo por la feria no deja de ser más que eso, un paseo.

Por ejemplo, Sierra de las Nieves ha presentado este año 2025 el desarrollo de dos proyectos que anunciara en 2024: Sierra de las Nieves Market y el Plan de Sostenibilidad Turística en Destino. La realidad de esas dos acciones que tenía como objetivo crear redes a medio y largo plazo. En definitiva, rendir cuentas de los proyectos. Ver sus frutos, su implementación, su desarrollo y puesta en práctica.

FITUR tiene mucho de espectáculo, de comparativas, de extravagancia, de escaparate vacío. Pero es cierto que los destinos más modestos tienen una ventana de oportunidad para darse a conocer, para promocionarse, para sentar los cimientos del futuro, para creérselo y trabajar para conseguirlo.