Casi parece un oficio de orfebre… Ese de conjugar el aprendizaje del conocimiento básico, el comportamiento cívico, las hormonas y el despertar inquieto, explosivo, a la vida.
Es un prodigio que cada día sucede en las aulas de nuestros centros de secundaria, en los institutos públicos, una labor en la que los y las docentes se empeñan más allá de sus obligaciones laborales para aportar a los alumnos y alumnas ese plus, ese extra que les pertrechará mejor para afrontar las cosas de la vida.
Combatir el entusiasmo excesivo y la indolencia infinita, bregar con las familias, alentar, insuflar el ánimo, alimentar el conocimiento, abrazar al descoyuntado e imponer límites al descarriado, figurar como autoridad más allá de su papel como profesor y profesora, si no como autoridad moral, ética, cívica, faro de por vida para tantos.
Y en muchas ocasiones lo hacen en territorio comanche, en condiciones de hostilidad impuestas por la administración competente, en este caso la Junta de Andalucía, que implosiona las clases con sus ratios imposibles, que racanea el material para las TIC, que maltrata las condiciones laborales del profesorado, que olvida al alumnado con necesidades educativas especiales, que ata en corto los presupuestos de los centros…
Y pese a todo, entre esa hostilidad de la administración, los y las docentes siembran entre la paciencia y la pasión, inasequibles al desaliento, una semilla de conocimiento que brotará en el futuro, un semilla de humanidad y de civismo que nos permitirá tener una sociedad mejor.
Este milagro, prodigio, ocurre cada día en nuestros centros de enseñanza públicos, cada día.
Este mes de octubre las tareas profesionales en Díaz Olivera Comunicación, nos han llevado al IES Bahía Marbella unas cuantas jornadas donde hemos podido vivir de cerca este prodigio. Solo podemos agradecer a la dirección del centro y al profesorado por permitirnos ser partícipes del mismo en este corto periodo de tiempo, y a los alumnos y alumnas por su curiosidad, por su entrega, por su imaginación y por su acogida.