Marbella, FITUR y el futuro

Más allá de la política del espectáculo, el oropel, el músculo publicitario y, sobre el papel, la agenda de contactos… ¿Para qué sirve FITUR?  

Hace unos meses, en las jornadas “El Turismo Necesario” organizadas por IU en Marbella, el ex consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Rafael Rodríguez realizaba una pregunta básica “¿Qué ciudad queremos? Y en ese marco, ¿qué turismo queremos y cómo podemos llegar a él? Los modelos de desarrollo son fundamentales para establecer estrategias”.

Si tiramos de este hilo, podemos preguntar ¿Qué Marbella llevamos a FITUR? ¿Qué modelo de turismo vendemos en una de las ferias de turismo más importantes del mundo? ¿En qué punto de la estrategia turística municipal se encuentra FITUR? ¿Existe una estrategia turística para Marbella?

Me asusta pensar que la mayoría de respuestas a estos interrogantes sean más interrogantes, o peor aún, evasivas, teniendo en cuenta que la aportación del sector a la economía de la ciudad supera con creces el 70% del total y hasta donde llegan mi conocimiento no existe un Plan Director de Turismo en Marbella ligado a un Plan Estratégico de Ciudad a futuro. Como también apuntaba Rodríguez “hay que apostar por la calidad, por la calidad del destino turístico, y no habrá calidad entregándose a un urbanismo depredador que genera malos servicios”.

Marbella venderá en FITUR 2018 gastronomía y deporte. Dos pilares básicos del ocio saludable y de la trascendencia cultural, más allá de los fogones. Nada que reprochar, ¿pero cómo engarza eso en el modelo de ciudad con unas instalaciones deportivas precarias o con las escuelas de hostelería en pie de guerra desde hace años? ¿Vendemos en FITUR la actividad o la ciudad? ¿El acontecimiento o el destino? ¿Qué resultaría más sólido pensando en futuro? ¿Y si introducimos la variante de que los competidores directos de Marbella están despertando? ¿Estamos vendiendo en FITUR pan para hoy y hambre para mañana?

En esa misma jornada, el profesor de la UMA Enrique Navarro apuntaba lo siguiente: “Los modelos y las tendencias están cambiando. Ahora hay que incidir en la demanda, los turistas hay que medirlos por el tipo de ocio, no por sus perfiles, en los cambios de valores de la ciudadanía, en la importancia de las nuevas tecnologías y sus empresas, en la creatividad como creadora de empleo, en la innovación capaz de generar destino productivo, en poner el crecimiento a debate y la sostenibilidad como un valor diferencial y no perder de vista ni el crecimiento demográfico ni el cambio climático”. Tres palabras clave para articular el futuro: demanda, tecnología y creatividad. ¿Lleva alguna de ellas Marbella a FITUR?

El futuro ultracompetitivo provoca mucho respeto y FITUR, en muchos aspectos adolece de esas tres claves que apuntaba Navarro. Si el marco no lo propicia (aún se reparten folletos, carteles, dípticos, trípticos y degustaciones gastronómicas a mansalva, todo envuelto en una retahíla ad nauseam de presentaciones políticas)… ¿Por qué no lo provoca el destino, por qué no lo provoca la marca Marbella? ¿Es capaz Marbella de subirse a esta nueva coyuntura? ¿A quién corresponde dar el primer paso? ¿Queremos dar, como ciudad y como ciudadanía, ese paso?

Plan Director de Turismo y Plan Estratégico de ciudad, las dos claves.