La oficina de turismo del Paseo Marítimo está cerrada por las tardes y los fines de semana. La realidad es tozuda y pese a los esfuerzos por enmascararla gritando más alto con actitud vocinglera nada va a cambiarla. La oficina de turismo del Paseo Marítimo está cerrada por las tardes y los fines de semana.
Y con este melón se reabre el debate sobre el modelo de turismo que Marbella precisa para afrontar el futuro próximo con garantía de éxito, manteniendo el poder internacional de su marca, abriendo su oferta a nuevos nichos de mercado o ideando una estrategia que compagine el fortalecimiento de los segmentos tradicionales con la exploración de nuevas vías.
No existe tal debate. No existe un instrumento que profundice sobre el sector económico más importante de la ciudad. No existe una herramienta que racionalice, planifique, plantee y dibuje, que trace un plan hacia el futuro. Ya en enero de este mismo año, y con el desembarco de Marbella en FITUR, advertía sobre este particular. Marbella no posee un Plan Director de Turismo que bosqueje un planeamiento global sobre el sector a medio y largo plazo.
El impulso del turismo en la ciudad se fundamenta en la experiencia, en el terreno conocido, siempre loable, pero también se encuentra supeditado a las veleidades de los cursos políticos, de la significación de la opinión pública, de la personalidad y conocimiento de los responsables de turno, abocado a una gestión personalista, sujeta a los aires del momento, a la crítica infundida desde las redes sociales o a la arbitrariedad. Un gigante con pies de barro.
El estudio de las nuevas corrientes, la planificación de las estrategias, dotación económica, la investigación de mercados, la segmentación, la formación de un cluster ultracompetitivo con el recién nombrado Parque Nacional de Sierra de las Nieves, todo ello bajo el paraguas de un Plan Director de Turismo confeccionado y liderado por profesionales, con vocación de mantenimiento más allá de las legislaturas y de la significación política, con una mirada a medio y largo plazo y con la sostenibilidad y el equilibrio con nuestro entorno como únicas premisas de partida.
Este es el futuro, el resto son oficinas de turismo cerradas por falta de planificación.
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