Era noviembre de 2014. Y era en una cueva. Cada ocasión en la que veo el vídeo sonrío al contemplar la cara extasiada de los presentes en aquel momento, muchos rostros conocidos, amigos y amigas. Xoel López, con su guitarra, nos susurraba más que cantaba “Tierra”. Fuimos conscientes de haber vivido un momento único, quizá el mejor momento, el más especial, de todos los que nos ha regalado OJEANDO Festival desde el año 2008.
Y no es fácil subrayarlo porque esta locura indie que se parió como tal aquel año de 2008 nos ha traído a todas las personas que participamos de él muchos de esos instantes irrepetibles, únicos, que nos han dejando sin aliento, una impresión honda en el corazón, en el espíritu. Desde el desenfreno hasta la calma, desde la revolución del descubrimiento hasta la confirmación de lo consagrado.
Un festival de carácter amateur que se fue profesionalizando con el paso del años y con su crecimiento imparable como referente de la música indie en Málaga y más allá, consiguiendo crear en muy poco tiempo una marca que apelaba a la calidad de las propuestas, a la originalidad de los espacios donde se desarrollaban, a la enriquecedora combinación de vanguardia musical y tradicional pueblo andaluz.
Ojén pueblo indie, fue uno de aquellas ideas que surgieron entre tantas en la ebullición de los pre y post festivales y que sirvió como marco referencial para situar lo que OJEANDO Festival era y es y que resumía a la perfección eso que detallaba antes, la complementariedad entre lo vernáculo, lo propio, lo tradicional, y lo foráneo, lo ajeno, lo atípico.
Desde 2008, OJEANDO Festival ha supuesto para Ojén un reconocimiento incalculable en retorno de la marca asociada al municipio, imposible de cuantificar en euros, disparatada para un pueblo de menos de 3.000 habitantes en aquel entonces. Lo que sí se puede cuantificar son los cerca de 150.000 visitantes que ha acogido, los cerca de 1.000 artistas que han actuado en sus escenarios (con las bandas y solistas más destacados del panorama nacional) o las más de 800 propuestas que ha recibido el festival en su concurso para bandas y solitas OJEANDO Nuevos Talentos.
Pero quizá lo más destacado, quizá lo más importante, sea el valor añadido que OJEANDO Festival, su implantación, supone para el municipio de Ojén. Un hecho diferencial que lo distingue de otras localidades, que lo sitúa en el mapa, que data la agenda de miles de visitantes, en definitiva, una marca, es concepto, esa sensación, esa experiencia tan complicada de conseguir y tan difícil de mantener.
He tenido el privilegio de colaborar con OJEANDO Festival desde 2008, en muchas, diferentes y múltiples tareas, me ha permitido conocer a muchas gentes que se han transformado en amigos y amigas con el paso del tiempo, me ha abierto la mente a nuevas músicas, tendencias y vanguardias, a disfrutarlas, a hacerlas mías. Privilegio, sin duda, esa es la palabra.
El viernes y sábado se celebra una nueva edición de OJEANDO Festival y lo voy a disfrutar con Daniela que casi lo vio nacer junto a ella y que lo ha visto crecer como una criatura más. Y ese sí será realmente mi privilegio. Disfrutarlo hasta el tuétano, de manera consciente, con ella.