Ahora que ya ha acabado la feria situada en el barrio de Las Albarizas, una vez que se han pasado los momentos de risas, juergas y todo lo inherente a una fiesta (para los que la han tenido), creo que es momento de analizar ciertas cosas. De entrada diré que este año, no he pisado la feria, pero eso no me impide tener perfecta constancia de las cosas que ocurren en el recinto, en los aledaños, así como palpar de primera mano otros asuntos que se han sucedido en la semana (se supone) de fiestas patronales.
Digo que se supone que se han celebrado las honras a nuestro patrón, porque salvo en el día de fiesta del 11 de junio, y al margen de la procesión de San Bernabé (que hace años vivía de primera mano, creo que poco más se ha sabido de unas fiestas patronales que deberían dar colorido a todo un pueblo y no limitándose única y exclusivamente al recinto ferial.
Todo esto porque una mañana de la pasada semana tuve que dirigirme hasta el Ayuntamiento para gestiones varias, y mientras discurría por las céntricas calles de mi pueblo, se supone en Fiestas Patronales, sinceramente pensaba que estaba en Fuengirola, Estepona u otra localidad. Ni viso o apariencia alguna de estar en la Semana Grande, donde la decoración de los establecimientos, de las calles, de los paseos… anunciara que Marbella celebraba, insisto, las honras a su patrón San Bernabé. Pues no, toda manifestación de esa cuestión se ha limitado al recinto ferial, del que me consta que ha tenido buenas críticas (a expensas del anhelado recinto permanente), así como la unificación de lo diurno y nocturno, la adecuación de las casetas, la seguridad, etc. Pero no entiendo cómo puede restringirse cualquier declaración festiva a dicho recinto. Sólo ahí existe ambiente de Feria. He escuchado a alguno de los gestores públicos afirmar que se ha conseguido compaginar un funcionamiento normal y cotidiano de la ciudad, con la celebración de la feria. No creo que sea tan indispensable ni necesario esa obligada combinación y que llegue hasta tal punto que no exista rastro alguno de la celebración de las fiestas patronales salvo en el recinto “oficial”. Dicen que es un presagio de lo que sucederá cuando tengamos (espero que, real y finalmente, sea el próximo año) el recinto permanente. Las fiestas patronales lo son para toda la ciudad, no para una zona acotada y limitada. Si bien no supone que existiesen casetas por todos los barrios, al menos debería significarse públicamente el recordatorio sobre lo que está pasando esos días. Es mi opinión…
Es decir, que si bien es cierto (y es un debate continuo) que la Feria de Día en el Casco Antiguo tenía sus cosas buenas y sus cosas muy malas; si bien es verdad que se mejoró la cosa (también con sus ventajas y desventajas) con el recinto de Arroyo de la Represa; una cosa es eliminar los festejos en forma de casetas, barras, carpas, etc. del centro de Marbella, y otra cosa -a mi entender- es eliminar de raíz cualquier vestigio, huella, rastro, trazo, pista… que anuncie que en la ciudad de están celebrando las fiestas, insisto una vez más, en honor de nuestro Patrón, San Bernabé.
Ni un solo bar o tienda en el centro de la ciudad decorada de tal forma que pudiese presagiar que estábamos de Feria en Marbella. Eso es algo que ya el año pasado llamó poderosamente mi curiosa atención. Pero es que me han llegado noticias acerca de una, parece ser, prohibición de engalanar establecimientos con motivos festivos (recordando que estamos celebrando las fiestas patronales). Como no tengo vinculación alguna con ningún partido político (no me gusta ninguno, creo que los que habitualmente me leen lo saben de buena tinta), y con la libertad que me permite el no estar atado a nada ni a nadie, puedo criticar y ensalzar lo que hagan mal y bien los unos y los otros. En este punto y a tal respecto, me he querido ilustrar y he buscado la supuesta norma (en forma de Ordenanza) local en la cual se puede estar basando la administración para llevar a cabo la, también supuesta, prohibición en cuanto a la decoración de establecimientos públicos. La “Ordenanza municipal sobre protección de los espacios públicos del municipio de Marbella” de 19 de noviembre de 2007, y no he conseguido encontrar precepto alguno que establezca si el interior de un establecimiento no puede ser decorado como al titular del negocio le venga en gana. Se regulan los espacios públicos pero no el interior de los establecimientos. Lo contrario será una interferencia del poder público en un ámbito en el cual no dispone de competencias. Es como si la administración nos dijera cómo tenemos que pintar o decorar nuestro negocio por dentro…
Para próximas ediciones, espero que podamos contar de una vez por todas con el necesario recinto permanente, pero que eso no signifique en el resto de la ciudad apenas quede rastro de los festejos, en donde el patrón es el principal protagonista, no que sirva únicamente como mera referencia, o para el que el 11 de junio sea festivo en la ciudad.