Es una noticia que esperamos y anhelamos, el ansiado momento de la recuperación económica, de forma general en todo el país pero de manera especial en nuestra Marbella. Porque nos toca de lleno y porque, a las razones macroeconómicas, en esta ciudad hemos sufrido otros motivos que han llevado mucha tristeza a miles de hogares. Aún así, estoy convencido (aunque con esta expresión parezca otra persona, acostumbrada a usar esa coletilla…) que Marbella será de las primeras en salir del bache en el que nos encontramos.
Y tengo ese convencimiento porque tenemos, por suerte, una serie de recursos de los que otros no disponen. Además de la amplia, variada y sobre todo única, oferta comercial que disponemos, las condiciones para el mercado internacional hacen que el final del túnel pueda encontrarse más cerca de lo que pensamos.
Esa expresión de los llamados “brotes verdes” es más apetecible que nunca. Y si días atrás pudimos conocer a través de los medios de comunicación, que la zona arrasada por el incendio de finales de verano está recuperándose en un plazo menor al previsto, en donde el negro está dejando paso al ansiado verde, un par de semanas antes tuvimos oportunidad de vivir algo que hacía tiempo que no veíamos en nuestra ciudad, la presentación de un nuevo complejo residencial.
Algunos pensarán aquello de “mejor vender antes las viviendas vacías que construir nuevas”. No les falta, en parte, razón. Pero no se pueden tampoco cerrar las puertas a la creación de nuevos negocios ni oportunidades de inversión. Al margen del protocolario acto de presentación en sí (sigo creyendo que, pese a la importancia del momento, no es necesaria tanta parafernalia, y lo que es peor, tanta presencia de cargos “públicos” en dicho acto), creo que la noticia es destacable, precisamente porque el grupo inversor, los británicos -con sede en Mallorca- Taylor Wimpey, es una de las entidades promotoras más serias con las que he tratado en mi actividad profesional. Cumplimiento -con creces- de los plazos previstos de construcción, aportación de toda la documentación, afianzamiento de las cantidades entregadas a cuenta en la compraventa, y un magnífico equipo comercial, administrativo y legal, hacen que podamos (al menos) sentirnos tranquilos y al menos, orgullosos de que la necesaria reactivación.
Ojalá sean más los que puedan intentar promover nuevos negocios en Marbella. Espero, igualmente, que desde las administraciones competentes no se ponga traba alguna dentro del cumplimiento de la legalidad vigente, y se establezcan los resortes necesarios para que empecemos a “tirar para arriba”. Lo que es igualmente necesario es que no se focalicen imperiosamente esos negocios en determinados y concretos lugares, es decir, no siempre en el famoso centro comercial ni en el conocido puerto deportivo. Marbella es algo más que esos dos puntos concretos.