Acera de la Marina

Prácticamente finalizadas se encuentran las obras de la calle Acera de la Marina. Tras meses de sufrimientos parece que pronto estará disponible para los ciudadanos.  

Ciertamente han sido los negocios de hostelería allí situados, quienes han soportado en mayor medida las obras, pero tambien son quienes se beneficiarán más una vez abierta al público. Las vallas metálicas han sido testigo del acceso, incómodo sin duda alguna, a los negocios, pero aún así los clientes han seguido acudiendo.



Una calle que, hasta ahora, tenía un fin primordial: dar acceso al Puerto Deportivo Virgen del Carmen (sin comillas, como quiere mi amigo Paco Moyano), aunque desde la peatonalización de Miguel Cano, dicho fin vino a menos. Ahora, una vez remozada la vía, el acceso y salida del recinto portuario se efectuará por calle Padre José Vera, tambien renovada. Lo que sí parece es que, como ha ocurrido con la perpendicular y referida Miguel Cano, los restaurantes allí situados, establecerán grandes terrazas, y en algún que otro local disponible, abrirán pronto algún negocio más.

Sin duda, el proceso transformador de zona centro-sur de Marbella está convirtiendo esta zona de la ciudad en un atractivo más. Ha sido impresionante el aspecto durante este reciente Puente de la Inmaculada, con centenares de personas disfrutando del sol en algunos establecimientos hosteleros. Pero tambien es cierto que los negocios de hostelería ubicados (o por ubicar) son quienes más se benefician de la nueva configuración. Como botón, la referida Miguel Cano, en donde el ambiente restaurador embriaga toda la calle, y tambien ocupa casi dos tercios de su superficie. Asimismo, los negocios han tenido que instalar unas tarimas de madera que parecen delimitar el área de terraza disponible.







Pero creo que quedan algunas cuestiones por analizar, sobre todo cómo será el acceso al garaje situado al final de Miguel Cano, entre los dos locales de cierto establecimiento. Si hasta ahora ciertamente desconozco como se accedería últimamente, a partir de ahora, con la Acera de la Marina tambien peatonalizada, la cuestión se complica. Además, los dos edificios Marisol tambien poseen sus aparcamientos con entrada por esta calle… ¿ahora cómo lo harán? Por no hablar de la situación, harto surrealista, del primer tramo (semi)peatonal de Miguel Cano, con unas señales que prohíben el acceso pero que no parecen tener mucho efecto y una presencia constante y sonante de la Policía Local intenta disuadir a vehículos del paso por esa calle.

Aunque, lógicamente, aplaudo la transformación de esta Acera de la Marina, desconozco cómo han planteado ciertas cuestiones. Supongo que, existiendo tantos técnicos consistoriales, no se les habrá pasado pero, sin duda, pronto lo veremos…