En la primera parte de esta columna, comentaba el estado de ciertos rincones de la ciudad, que tanto precisaban como estaban teniendo diversas actuaciones inminentes, encaminadas a mejorar la imagen que presentaban, en obligados lugares de paso.
Siguiendo el recorrido, en plena arteria principal de Marbella existen, no ya locales vacios, sino edificios en un más que deplorable estado de abandono, en lugares en que es imposible no fijarse en esa lastimosa imagen que estamos dando.
Por un lado, el pequeño edificio que durante décadas tuvo en sus bajos históricas oficinas de alquiler de vehículos, agencia de viajes y los recordados “Recambios Ramos”. En absoluto estado de dejadez desde hace muchos años, creo que el Ayuntamiento debería obligar a sus propietarios a mínimo adecentamiento, ya que no puede estar en lugar más céntrico y que no se libra de las miradas de todos aquellos que visitan Marbella, o incluso de residentes. Y lo que es peor, piensan que “si está así en pleno centro de Marbella, mejor ni imaginarse como estarán otras zonas…”.
Por otro lado, en la esquina de Ricardo Soriano con la, ahora en obras, Notario Luis Oliver, el edificio en donde se situaba “Foto Marpy” (quién no esperó a que el semáforo se pusiera en verde viendo los reportajes de bodas…), y el inmueble contiguo, que durante décadas se estableció “Óptica Marruenda”, ofrecen otra más que patética imagen de Marbella.
En ambos casos, deberían instalarse esos enormes vinilos que, al menos, cubran la cochambrosa situación de los inmuebles, e igualmente alegren la vista con bonitas imágenes de la ciudad.
Un tercer punto que llamó poderosamente mi atención (aunque ya en alguna que otra ocasión se ha mencionado en esta Trastienda), es la Plaza de los Olivos. En este otro céntrico lugar, el consistorio está llevando a cabo necesarios trabajos de remodelación de acceso desde la zona de Monte Piedad, construyendo una rampa para que las personas con movilidad reducida puedan llegar a ese lugar sin tener que dar la vuelta hasta Jacinto Benavente y bajar por Juan Ramón Jiménez. Cuántas veces, los jóvenes de Marbella habremos subido esas escaleras para acceder a una zona de “marcha” de la que ya no queda apenas rastro (recuerdo al menos si…).
Es curioso, y eso ocurre tanto en este pueblo como en todos, las épocas cambian y las zonas de ocio también. El estado de abandono de los locales que antes llenábamos noche tras noche (sobre todo en esta época estival) es significativo. Otro lugar al que debería requerirse a sus propietarios para que lo tuvieran mínimamente decente.