Mala, pésima y triste la noticia que pude leer en Marbella24horas hace unos días. La joyería Suarez, situada en el límite que divide la avenida Ramón y Cajal con su, a partir de ahí, denominación de Ricardo Soriano, cierra y se traslada a otro punto de la ciudad.
No puede ser más frio el jarro de agua, sobre todo para el intento de revitalización del centro de Marbella. Si pretendemos que esa zona de la ciudad recobre la vida económica de antaño, con noticias como la clausura de un negocio de postín como la joyería de origen bilbaíno, no es que avancemos mucho. Más aun, porque además nos enteramos que se traslada a Puerto Banús, como ya hiciera antes otra joyería de lujoso nombre (Cartier, situada en el edificio Marqués de Salamanca). Y cuando no es el recinto portuario es el mega centro comercial que se lo come todo…
Cierto es que el Casco Antiguo de Marbella, y Suarez se situaba en la entrada al mismo, por la calle Huerta Chica, que es una de las puertas de la recoleta y más bonita zona de mi pueblo- al final ha quedado como un lugar en donde las franquicias (salvo alguna excepción) no entran apenas, y en cambio todos encontramos negocios distintos a los que, sucesivamente, uno se topa cuando acude a otra ciudad, las mismas tiendas, con los mismos productos y mismos precios. Pero está claro que la pérdida de un negocio como la mencionada joyería no es que ayude desde luego, a ese intento revitalizador del centro histórico de Marbella.
Mucho lo habrán sopesado los rectores de la firma para, después de gastarse una pasta gansa en remozar por completo el coqueto edificio el que se situaba el negocio, echar el cerrojazo y trasladarse a Puerto Banús. Supongo que tambien habrá influido el hecho de que en el puerto deportivo por excelencia de todo el Mediterráneo, la confluencia de las más conocidas y lujosas marcas comerciales es algo que en pocos puntos del planeta ocurre. De hecho, hace ahora un año pude conocer la archifamosa calle Rodeo Drive, en el barrio de Berberly Hills de Los Ángeles, y no es que me llamara tanto la atención, pese a haberla visto en películas como Pretty Woman u otras.. Todo porque no difiere mucho en lo que podemos ver en nuestro Puerto Banús.
Esperamos que llegue el día en que muchas de las grandes firmas se peleen por estar en el centro de Marbella, cual Paseo de Gracia barcelonés (por poner un ejemplo). Sería una muestra de la ansiada recuperación de esta zona de la ciudad, venida a menos y que requiere una revitalización total porque, como ya he dicho en alguna que otra Trastienda, el centro de Marbella se muere y hay que hacerlo resucitar de una vez por todas.
Sobre todo que la sangría de locales vacíos cese, porque no hay cosa más triste que ver la arteria principal de una ciudad, mundialmente conocida, con puntos en tan lamentable estado de abandono. Espero que Suarez sea el último y que las noticias destacadas sean las aperturas e inauguraciones. Por cierto, la propia fiesta de apertura de la clausurada joyería reunió a famosos y rostros conocidos, capitaneados por la imagen de la firma, Isabel Preysler.