A mediados del mes de julio, durante unos días, la polémica estuvo servida en la zona de Cánovas del Castillo en su intersección con calle Calvario, concretamente en el área de los complejos La Concha (frente al colegio Valdeolletas) y Parque Miraflores. La razón de dicha polémica, con (mini) cacerolada por parte de unos pocos vecinos incluida, era la remodelación de un tramo de acera junto a la pasarela peatonal que atraviesa la referida Cánovas del Castillo (antigua y actualmente aún denominada “circunvalación”).
Entre el 18 de julio y el pasado 30 de agosto apenas transcurrió poco más de un mes. En aquella primera fecha,
Marbella24horas -en su diaria cobertura de las noticias que suceden en la ciudad- publicó que más de medio centenar de vecinos, convocados por la plataforma de comunidades de Las Palmeras 1, 2 y 3, Sirena Blanca y La Concha, protagonizaron una cacerolada de protesta para reclamar una "acera digna" en el tramo que hace esquina en la rotonda de la calle Calvario y Cánovas del Castillo, que el Ayuntamiento estaba remodelando, al mismo tiempo que exigían el mismo suelo del resto de acerado y no el adoquinado que se va a poner. Y en la segunda fecha, finalizando el mes vacacional por excelencia, también este medio publicó el estreno del acerado tras varios meses de trabajos, los cuales, personalmente, he comprobado en cuanto a cómo se llevaba a cabo la antedicha remodelación.
Pues bien, una vez ha terminado la faena, y toda vez que las autoridades han inaugurado oficialmente el resultado de la misma, con presencia de medios de comunicación y resto de “comitiva”, en ocasiones, adosada a la presencia de la regidora y responsables municipales, toca el turno de analizar cómo ha sucedido todo, cómo ha quedado todo y qué cuestiones saca uno en claro…
Por un lado, debo decir que aquella cacerolada, sobre la cual no se dijo toda la verdad por parte de sus “impulsores”, en tanto que no todas las comunidades de propietarios mencionadas estaban de acuerdo en actuar de tal forma (algunas ni lo sabían). Por ello, indagando algo en el asunto, se entera uno de los intereses que pueden mover a unos u otros, qué respuesta municipal recibieron a sus reclamas, o qué intereses pudieran existir detrás de una simple protesta. Además, de ese medio centenar de vecinos, más de la mitad eran niños que ni conocen el problema salvo lo que quieran contarle “los mayores”, ni saben de la cuestión por la que se protesta… pero siempre se tiene la dichosa manía de llevar menores a manifestaciones públicas, no para que vayan conociendo los problemas de su entorno, sino claramente para hacer bulto en la foto. Las imágenes de
Marbella24horas lo dicen todo.
En segundo lugar, comprobado in situ de manera personal la finalización de los trabajos, con ilustración de fotografías realizadas al efecto, observo que la acera ha mejorado ostensiblemente, de aquella lámina de cemento coloreado de amarillo, que por cierto es la existente metros atrás, en la zona comprendida en la fachada de La Concha frente al colegio Juan Ramón Jiménez, y en el entorno de Las Palmeras 1, 2 y 3, ha sido sustituida (en el lugar en donde se protestaba) por un adoquinado amarillo que mejora ostensiblemente no sólo la imagen, sino las prestaciones que debe dar un acerado en una zona eminentemente escolar. Creo que, no sólo los vecinos de La Concha, sino los padres & madres que lleven próximamente a sus hijos al colegio, podrán apreciar la mejora. Además, la instalación de una valla ha sido una decisión destacable.
Por tanto, me pregunto a cuento de qué vendría la protesta en forma de cacerolada, de no más de una treintena de adultos. ¿Por qué en vez de baldosas blancas y rojas se instalarían adoquines amarillos? Me puedo suponer que respondía a cierta consigna, o bien a la pretendida consecución meritoria de alguien, cuando no las ganas de protagonismo con algo que no tiene razón de ser: protestar por una mejora, con la única base de pretender que la solería a instalar fuese la misma que la existente en una zona adyacente. Lo entendería si las obras a realizar fuese simplemente un parche, pero habiendo comprobado -insisto- personalmente como ha quedado todo, cada vez comprendo menos el ruido de aquella cacerolada
Pero, al mismo tiempo, menos puedo concebir que, aquellos que golpeaban las cacerolas no hayan protestado o iniciado algún tipo de acción cuando, sobre
esta acera remodelada, un negocio ocupa con su terraza una gran parte de la misma y apenas deja un metro para el paso. Una vez más, las imágenes valen mucho más que mil palabras. Cada uno tiene derecho a poder ejercer de la mejor manera posible su negocio, pero -lo digo una vez más- no a consta de impedir el libre paso a peatones, y lo que es peor, a carritos de niños pequeños o de inválidos. Que siempre pasamos del uso al abuso en un periquete. ¿Y dónde ahora está aquella representante de los vecinos? ¿En el acto de inauguración no tuvo tiempo de apreciar la existencia de esas mesas que impiden el paso, o es que la retiraron justo ese día?
Finalmente, en cuanto al acto protocolario, en sí, de anuncio de la finalización de las obras, una vez asistimos a una demostración de las ansias de protagonismo de quien no tiene, a mi entender, ninguna representatividad, u otros que aprovechando sus “cargos” creen que son voces plenamente autorizados para según qué cosas. Es decir, que con la presencia de la alcaldesa y delegados municipales bastaba, ellos son quienes deben informar, resaltar y destacar las diferentes actuaciones llevadas a cabo. Pero no es necesario que formen parte del “cortejo” personas que no encarnan nada, y se atribuyen cargos de representación vecinal, simple y llanamente, “sacados del forro”. Ya en alguna que otra ocasión lo he comentado en esta Trastienda, esa pantomima de la Asociación de Vecinos de Calvario-Huerta Belón, no puede erigirse en portavoz de quienes llevan muchas décadas viviendo en esa zona y a quienes si siquiera se ha informado de las intenciones de constituir un ente asociativo. Y si dicen ser personas que velan por los intereses de los ciudadanos residentes en esa zona de Marbella, debería al menos mostrar el mismo interés en solucionar diversos problemas de ese barrio residencial y que, para según qué cosas, no dicen ni mú (falta de iluminación un día si y otro no, problema con la modificación de áreas de estacionamiento, aceras en mal estado…) ¿Vaya a ser que les llamen al orden? Y como siempre he defendido públicamente (cosa que seguiré haciendo), las asociaciones vecinales tienen, en su gran mayoría, un alto componente marionetista, son usadas por los políticos (de todos los signos) para su propio interés y el control del vecindario. Eso es así y nadie me lo va a quitar de la cabeza.
Los lectores sabrán que no me pongo del lado consistorial ni del vecinal, simplemente alabo las cosas bien hechas, critico las malas, pero ante todo reprocho que algunos creen ciertas plataformas vecinales con ansias meritorias de algo más… ¿Se creen que el resto somos tontos? ¿O es que no han conseguido distintas cosas, cargos o trabajos quienes han estado “destacando” como representantes de asociaciones empresariales o vecinales?