Las cosas que pasan en este país, y por ende, en este pueblo, ya están muy vistas (todo ello bajo mi particular y personal opinión). Ahora, con motivo del reciente fallecimiento del ex presidente Adolfo Suarez, muchos han sido los que han aprovechado el momento para ejercer uno de los tradicionales ejercicios, no se ya si de peloteo, conveniencia o de simple oportunismo.
En estos días posteriores al fallecimiento de Suarez he podido leer en la prensa numerosas opiniones sobre la figura del abulense, pero sobre todo me han llamado la atención las palabras de muchas de las grandes plumas de este país recordando las acciones de quienes ahora elogian y loan al difunto, y que antes le hacían la vida imposible. Es parte de la tradicional falsedad que reina en este, nuestro país.
Pero ayer jueves leí en este medio algo que me pareció, simplemente, inverosímil, asombroso y sorprendente. El PSOE pedía que la calle Miguel Cano pase a llamarse Adolfo Suarez. Y no critico esto porque hayan sido los socialistas, ya que a continuación criticaré otras acciones de los populares. Lo que me parece absurdo (cuanto menos) es que plantean que se cambie el nombre de la avenida Miguel Cano, y todo porque se trataba de un militar del ejército franquista que murió en la Guerra Civil.
Me pregunto si esto obedece a la dichosa costumbre, implantada cada vez más en este sociedad, del “quedabienismo”, o si es que ahora toca hablar bien de Suarez, honrarle diariamente aunque no se hayan acordado de él en muchos años, o más bien que los políticos utilizan el fallecimiento del ex presidente, para anotarse puntos y ponerse las tradicionales medallas ante la ciudadanía.
Esta proposición me parece, sencillamente, ridícula, y no porque no merezca Suarez un homenaje en esta ciudad que le acogió en temporadas de asueto (recuerdo haberle visto, personalmente, en una ocasión, oyendo misa en la iglesia del Calvario), sino porque no entiendo que siempre se pretenda cambiar la denominación de calles aludiendo a las mismas razones. Un ejemplo claro lo tenemos en la capital Málaga, en donde algunos no pararon hasta que el histórico hospital Carlos Haya dejó -sólo oficialmente- de llamarse de tal forma, aunque todos siguen refiriéndose a él como siempre se le ha conocido. Pero no, era de suma y vital importancia gastarse un pastizal en el cambio de denominación del reputado (a nivel nacional e internacional) centro hospitalario. Había que desterrar el nombre del aviador, aunque su familia hubiese cedido los terrenos para construir el hospital, eso no importaba…
Volviendo al tema de Adolfo Suarez, si absurda me ha parecido la solicitud de cambio a la céntrica calle Miguel Cano, más vergonzosa me ha parecido la decisión del gobierno central (PP) de gastarse ¡entre medio y un millón de euros! (según ha afirmado el Presidente de AENA, esto es, Ministerio de Fomento) en cambiar la denominación del aeropuerto de la capital, al que añadirán y anexionarán el nombre de Adolfo Suarez al de Madrid-Barajas.
¿Es que no hay cosas más importantes en este país, que gastarse cerca de un millón de euros, en cambiar el nombre a un aeródromo? ¿Es que no ven la que ha caído y la que sigue cayendo en este país, para tirar el dinero de esa forma? ¿Es que tan importante el cambio en la denominación aeroportuaria?
Y retomando la noticia puramente local (que es lo que normalmente se habla en esta Trastienda), dentro del ramalazo oportunista que veo en la propuesta del PSOE, me pregunto: si tanto aprecio tienen al presidente fallecido, ¿por qué no han sugerido denominar a alguno de los centros escolares del municipio con el nombre de Adolfo Suarez? ¿O por qué no han planteado el nombre de una calle en sus últimos años en vida? ¿Tiene que ser precisamente la avenida Miguel Cano? ¿No han pensado que los descendientes de Miguel Cano no merecen que ahora, de repente, se borre de un plumazo la memoria de ese marbellero? ¿No hay otras calles que denominar?
Lo dicho, puro oportunismo.