En los últimos tiempos están cambiando a pasos agigantados los hábitos de consumo, y en este caso –salvo error- no creo que podamos echarle la culpa a la maldita crisis. Me centro en la gente de mi generación (aunque extrapolable a la gente entre 35 y 40 aproximadamente), y sitúo el foco en Marbella lógicamente.
Desde siempre he creído que el mejor momento de la semana es el viernes por la tarde, supongo que eso me hizo hace años y durante casi un lustro, estar al frente de un programa radiofónico que precisamente se titulaba Viernes Tarde, en donde “le poníamos el ritmo al fin de semana”. Ahora bien, a cualquiera que preguntemos sobre el peor momento de la semana, sin duda alguna responderá que es el domingo por la tarde (más aún que los lunes a primera hora, con toda la semana por delante aún…). El vespertino dominical siempre se ha vinculado con sofá, pelis y futbol por la radio (luego por la televisión y de nuevo por la radio, visto que no hay forma de librarse del pago por visión).
Pues bien, últimamente en esta Marbella nuestra he notado que, a raíz de la recuperación de un espacio de ocio como el Puerto Deportivo, éste se ha convertido en un foco de atracción de muchos jóvenes tarde tras tarde de domingo. Comenzaron hace años a ponerse nuevamente de moda las terracitas del pantalán, acogiendo a gente durante las sobremesas domingueras de todas las estaciones del año a excepción -lógica- del verano, unas sobremesas que eran casi siempre prolongación de comidas en alguno de los restaurantes de la zona; posteriormente, esas sobremesas se fueron extendiendo a prácticamente toda la tarde; y ahora he detectado que muchos grupos de amigos y amigas reservan para verse la tarde de los domingos más que los sábados noche, hasta ahora tradicionales momentos para salir.
¿Por qué cambian los hábitos en la franja de edad antes referida de los 30, 35 o 40 años? ¿Qué ha provocado una modificación en las preferencias de los jóvenes para su tiempo de ocio? ¿Por qué se opta por la tarde antes que la noche? ¿Será consecuencia de la pobre oferta de ocio para el sector de población del día a día en la ciudad? ¿O más bien será porque muchos están hartos de la noche y sus gatos pardos? Estas son algunas de las preguntas que, en uno u otro momento, todos nos hemos hecho.
Hablo de gente con independencia económica (pese a los tiempos que vivimos), con poco tiempo durante la semana para atender a las amistades, que si bien antes todos marcábamos la noche del sábado como el momento idóneo para disfrutar de los serés más cercanos dentro de tu círculo, cuando ya cada uno tiene más o menos su vida encauzada, parece claro que se está eligiendo los domingos por la tarde, y en concreto, la zona del Puerto Deportivo, para pasar buenos ratos, para crear un gran ambiente de ocio, con conciertos en directo, visualización de los partidos por televisión, instalación de puestos de artesanía (aunque tenga mi opinión personal sobre la excesiva proliferación de mercadillos). Todo ello, y es de agradecer, en una tranquila atmósfera (donde muchos se conocen, aunque sea de vista), sin gente “rara” y sin presencia de los temidos “niñatos” que echan a perder cualquier cosa positiva que se cree, no sólo aquí sino en cualquier sitio.
Incluso he podido comprobar que algunos establecimientos del recinto portuario están mejorando sus espacios de terraza adaptándolos no sólo para la temporada estival, además de dar cumplimiento a la normativa de la Ley Antitabaco, sobre todo aquella determinación de “espacio al aire libre” como todo espacio no cubierto o todo espacio que estando cubierto esté rodeado lateralmente por un máximo de dos paredes, muros o paramentos.
Establecer como página de inicio
Añadir a favoritos
