Estamos prácticamente inmersos, no en el periodo electoral, sino en esta vorágine que nos espera hasta finales de mayo, con dos llamadas a comicios, sin duda alguna, una de las cosas más absurdas que hemos vivido dentro de nuestra reciente historia de votaciones públicas. Todo porque a la presidenta de la Junta de Andalucía no se le ha ocurrido otra cosa que disolver el parlamento autonómico y convocar elecciones a la voz de ya, cuando lo más lógico (y económico) hubiera sido compartir el derecho de sufragio para el parlamento andaluz, con los comicios para la elección de alcaldes y concejales. Debe ser que sobra el dinero en la administración pública para gastar duplicadamente. Porque el gasto, sólo de una jornada electoral, asciende muchos millones (MILLONES) de euros, si sumamos todos los recursos que deben estar dispones ese día.
Por tanto, en estos meses que nos separan del 24 de Mayo, a una semana del mes de junio (con lo que es ese mes en Marbella, entre Corpus, Romería y Feria de San Bernabé…), nos espera un estado de pánico para los partidos políticos, y una sensación de espanto para los ciudadanos. Todo ello porque, los vecinos no nos quedará otra que observar, a todas horas, como se tiran los trastos unos a otros, como en un lado luchan por mantener el gobierno, en otro lado como pelean por intentar asumir la tarea, por no hablar de los que optan a ser pinza o llave. Por no hablar de los que tiran de teléfono para hacer campaña y seguir manteniendo el puesto de trabajo (público) conseguido. Y eso pasa en todos los flancos de la política…
Ahora bien, en esta doble cita electoral, está claro que la tecnología primará por encima de tradicionales prácticas como la pegada de carteles, las banderas, las caravanas de vehículos con altavoces, por no hablar de los históricos lanzamientos de pasquines. Incluso me atrevería a vaticinar que aquellos multitudinarios mítines pasarán a la historia, aunque cierto es que a los partidos les gusta (e intentan a toda costa) traer a pesos pesados de la organización, para que se den baños de multitudes, se hagan fotos (ahora “selfies”) y, en definitiva, proclamen a los cuatro vientos su amor por esta tierra, aunque en toda la legislatura no hayan sido capaces de poner un pie en Marbella… Pero aquellos macro mítines no creo que veamos muchos.
Estamos en la era de la revolución de los teléfonos inteligentes, las tabletas y la informática en general. Y la política tambien ha sabido adaptarse a la realidad social que supone el mundo virtual/real que es Internet. Por eso, estas elecciones que nos esperan en breve, serán sin duda unas Elecciones 2.0. Pero ¿Qué es eso de 2.0? A nivel informático, existen tres características que deben existir para determinar que algo posee dicha catalogación: que el contenido lo generan los usuarios (en este caso, los electores); que todo se comparte con esos usuarios/electores; y que la información llega a ellos (en vez de ir hacia ella).
Igualmente, cuando los políticos (de todos los partidos), viven prácticamente en las redes sociales (basta con mirar el número de “tuits” publicados, aunque podríamos tambien observar las horas en las que lo hacen…), no sería pedir mucho que dentro de la campaña electoral, hiciesen eso mismo y se dejaran de cartelitos por todas las calles (que afean), y que dejaran la megafonía (que molesta).
A nivel puramente local, hemos podido todos conocer como la Junta Electoral de Zona ha admitido la petición cursada desde el Ayuntamiento, al objeto de que toda la propaganda electoral de los partidos políticos se canalice a través de los diversos paneles electrónicos repartidos por el municipio. Se pretende, según el equipo de gobierno, que Marbella no se llene de viejos paneles de madera para que los líderes coloquen su voto y lema electoral.
Un edicto del órgano que vela por el cumplimiento de la normativa, ya publicado en el BOP, recoge los locales oficiales y lugares públicos para la celebración de los actos de campaña electoral para los próximos comicios al Parlamento Andaluz (se entiende que para los comicios locales, deberá efectuar la misma petición), de igual forma que determina los emplazamientos de los paneles disponibles para la colocación gratuita de propaganda electoral. En nuestra ciudad, se limita a los 13 infoterminales (esas pantallas electrónicas que hemos visto en la Plaza de los Naranjos, Alameda, Paseo Marítimo, entre otros emplazamientos), y tambien establece hasta 125 farolas donde podrán colgarse carteles.
Creo que, con esta medida, damos un paso adelante, no ya en las formas de hacer propaganda electoral, sino en mantener la limpieza en las calles. Nos hará, seguramente, más llevadero el colapso y la vorágine electoral.