Insisto: ¿Marbella, cara?

Siempre he dicho que cuando una viaja, además de conocer maravillosos sitios, empaparse de la cultura e historia de otros lugares, palpar la forma de vida de puntos lejos de tu pueblo o ciudad, te permite comparar el coste de la vida más allá de nuestras fronteras, y una vez dejados atrás los límites del término municipal de Marbella. Por suerte, y desde temprana edad, he podido viajar por toda España, parte de Europa y resto del mundo, y cuando vuelvo muchas veces me hago la misma pregunta: ¿Quién dice que Marbella es cara? 

Recientemente he podido disfrutar de unos días de necesitado asueto, y lo he hecho en la que llaman capital europea, Bruselas, aunque no es una ciudad para tirar cohetes en cuanto a su belleza, en comparación con las cercanas Brujas, Gante o Amberes, si que te permite palpar el ritmo y coste de vida más puramente europeo.

Sin duda, la vida en Europa es cara. Están a años luz de nuestra Costa del Sol en cuanto a infraestructuras de comunicación (máxime sobre raíles), pero tambien lo deben estar en cuanto al coste de la vida. Pocos coches destartalados he visto, desde luego, lo cual da una visión de la situación económica del día a día en la capital belga. Pero es que, al margen del automóvil, el medio de comunicación -como decía, sobre raíles- ya sea dl ferrocarril o el tranvía, funciona a las mil maravillas. Cada pocos minutos parten trenes a los principales puntos del país (Amberes, Brujas, Gante…). Todo ello, supongo, y amén de otras cosas, repercute en lo que se llama la cesta de la compra, incluyendo la gastronomía o el arte de comer fuera de casa.

Comer en sí no es excesivamente caro, pero el agua mineral se paga a precio de oro. Me sorprendió bastante pagar 4 euros por cada botella de agua mineral de poco más de medio litro, con lo que salía más económica la comida (muy buena, por cierto) a la bebida en forma de simple agua. Y lo fue en todos los lugares, no en uno sólo…

Con todo ello, pretendo demostrar que, una vez más, tenemos que desvirtuar esa imagen que proyecta nuestra Marbella como una ciudad cara. Es un lugar con precios muy normales, a todos los niveles y ojo, teniendo en cuenta donde estamos. No se puede comparar, lógicamente, con un pueblo en medio de la campiña cordobesa o con ciudades eminentemente universitarias, por ejemplo, sino con otros lugares turísticos del mundo del mismo nivel. Muchos piensan que salir a cenar en un restaurante de coste medio (no hablo de los puntos con estrellas Michelín) te puede salir por el ojo de una cara, y cuando haces eso en otros países, al comprobar el coste de una simple botella es cuando te acuerdas de “lo caro” que es Marbella…

He tenido y tengo la suerte (de momento) de poder viajar y conocer, ya no sólo nuestra propia provincia de Málaga (la gran desconocida por muchos), o nuestra región andaluza, amén de casi todo nuestro amplio, variado y precioso país, sino lugares en diversos puntos del mundo, y puedo decir con conocimiento de causa, que Marbella no es nada cara, es normal. Efectivamente hay sitios más baratos, pero debemos tener siempre presente en donde estamos.