Parece, y así lo constato a nivel profesional, que estamos en la senda de una cierta recuperación. Hace meses publiqué (“¿Reactivación? ¿Brotes verdes?”, La Trastienda, 11/12/2012) que podía percibirse un comienzo de la reactivación económica de Marbella. Cierto es que aún queda mucho camino por recorrer, pero bien saben los notarios, bancos, gestorías, inmobiliarias, despachos de abogados… que se está notando un incremento del movimiento en nuestra ciudad.
También debe ser tenido en cuenta un dato en cuanto a que Marbella es un lugar distinto a otros puntos de la geografía del país, y que de igual forma es la locomotora que tira de toda la Costa del Sol (pese a quien le pese, y también pese a que, vergonzosamente, el ya ex presidente de la Junta de Andalucía, no quiso aparecer por un lugar que aporta algo más que mucho a la economía andaluza). Aquí contamos con una oferta inexistente en otros lugares, y tenemos una demanda de bienes y servicios que no concurre en otras localidades.
Pues bien, hace días leía una noticia en páginas contiguas de un importante periódico que me hizo llegar a la conclusión que pone título al comentario de hoy. Por un lado, no una sino la más importante sociedad inmobiliaria de toda Europa, por su exclusividad, La Zagaleta se plantea expandir su modelo de negocio a otros puntos del continente. Que en tiempos como los actuales, donde la prudencia casi es madre de la ciencia, los rectores del complejo residencial situado en la antigua finca del magnate Kashogui, se planteen expandir un patrón de exclusividad, de lujo pero con gusto, seguridad máxima y urbanismo moderado, es para estar orgulloso de disponer de un complejo como ese dentro de nuestro ámbito de acción (aunque esté en término benahavileño). Dichos responsables de la lujosa urbanización sabrán mejor que nadie sus posibilidades, sus deseos, sus números en definitiva, pero desde luego, si han sopesado el salto fuera de nuestras fronteras es porque están seguros del éxito.
La cuestión es que, como decía, en página contigua de aquel periódico que leía, me encontraba el polo opuesto, y ello porque tenía conocimiento de la situación concursal (concurso voluntario de acreedores) de uno de los establecimientos líderes en la venta de vehículos de lujo en la ciudad. Aunque también se decía que las dificultades se repartían entre las distintas divisiones de negocio, aunque algunas secciones del holding permanecen ajenas al Concurso, y es repartido entre las sucursales de Marbella y la capital Málaga, lo cierto es que la salud financiera de dicho grupo de automoción está en dificultades. Cuesta entenderlo cuando hasta tiempos recientes han hecho, en cierta medida, publicidad, patrocinios de eventos varios…
Cuanto menos es extraño, chocante o curioso que, un mismo día y en páginas seguidas, aparezcan dos noticias tan distintas y distantes, dentro de un sector, el del lujo, plenamente asentado en Marbella y en donde la crisis no ha azotado tanto (algunos afirman que incluso, pasó de largo…). Lujo inmobiliario y lujo sobre ruedas. Tan cercanos y tan lejanos, parece ser.