Hasta la fecha, parece que la edición de este año del Starlite Festival, está siendo un éxito, aunque siempre habrá razones para diferentes críticas de unos y otros (que si el precio de las consumiciones es abusivo, que el precio de las entradas a los conciertos es desorbitado…), pero lo cierto es que la promoción que le ha dado al verano de Marbella está fuera de toda duda, y el cartel de conciertos es más que impresionante para todo una temporada estival.
A tal respecto, quiero aplaudir y defender la decisión de los alma mater del evento, Sandra García-Sanjuán e Ignacio Maluquer, quienes se juegan mucho más que el prestigio en organizar todo el “tinglao” que se monta en la Cantera de Nagüeles. Cualquier emprendedor, por muy grande o pequeño que sea, merece ser respetado, promocionado, apoyado y defendido, solo por el hecho de jugarse los “cuartos”, desde luego para conseguir un beneficio, o no…. Los que, al igual que los creadores, en este caso del Starlite, y como miles de emprendedores anónimos y desconocidos, ponemos en juego un patrimonio, con el fin de sacar adelante sueños, ilusiones y visiones, sabemos de primera mano lo que se sufre, se lucha y se trabaja para que todo salga bien o perfecto (dependiendo del nivel de exigencia de cada uno). O no salga…
Ahora bien, tras los aplausos, merecidos sin duda para los mencionados creadores y propulsores del verano musical de este pueblo nuestro, toca dar algún tironcito de orejas a nuestros regidores, todo porque debería desde la institución más cercana, esto es, el Ayuntamiento, tener más detalles con otros emprendedores que llevan años organizando eventos varios, desde Marbella y no solo para Marbella, sino para muchos puntos de la geografía regional, nacional e internacional. Y en algunos casos, salvo alguna pequeña mención, ni siquiera una pequeña visita (aunque sea para hacerse la conocida foto, interpretada en ocasiones como si de ellos dependiera la realización del sueño emprendedor…). Parece que si no se trata de un rimbombante evento, que aglutine diferentes flashes sobre famosos (o famosetes en algunos casos) no merece la pena siquiera aparecer, pese a que el esfuerzo de ese emprendedor tenga tanto o más mérito, por los medios con los que cuenta, que de aquel que tiene acceso a otros niveles de financiación, apoyo empresarial, etc.
Es decir, que además de Starlite (merecedor, insisto, de aplausos por doquier), existen en esta ciudad miles de iniciativas que no salen a la luz todo lo que debieran, y que son merecedoras de un igual reconocimiento por parte de todos aquellos que parece que les interesa aplaudir algunas cosas y omitir otras. Hay grupos empresariales de una reconocida dimensión que están llevando a cabo iniciativas con carácter internacional y que, desde luego, no es que estén recibiendo mucho apoyo institucional (más bien al contrario, trabas y zancadillas), cuando están no solo promocionando la ciudad sino creando un considerable volumen de empleo (eso que, por cierto, tanto se reivindica por los políticos, que se creen empleos por la iniciativa privada). Pero también existen otras muchas iniciativas que compensan la pequeña dimensión con una inmensa capacidad imaginativa, de lo cual podrían, desde luego, aprender gestores públicos e incluso también privados. Bien fácil es, con recursos, llevar a cabo proyectos varios. Ahora bien, cuando no se dispone de los mismos, y en cambio, esos mismos proyectos salen adelante, es lo que debería destacarse y apoyarse por quienes están ahí, precisamente por el previo apoyo de los ciudadanos.
Gran parte de culpa de la promoción o la omisión (según el caso) de esos eventos, la tienen los propios medios de comunicación. En ocasiones, importantes, tradicionales y asentados medios prefieren centrarse en la información fácil, en la simple foto como noticia, y no indagan en lo que hay detrás de muchos eventos, en lo que cuesta -desde la humildad y la sencillez- llevar a cabo diferentes sueños Deberían aprender (y mucho) de medios más pequeños que si conceden la debida importancia a las miles de historias que se dan diariamente en un lugar como este.
Porque Marbella tiene más cosas de lo que se hace ver. Porque Starlite es una bonita historia. Y porque hay muchas historias más de emprendedores.