La situación actual de los edificios judiciales de Marbella necesitaría páginas y páginas. Hablar del paupérrimo estado de las diferentes sedes, requiere de un tiempo (y espacio) bastante amplio. Pero si nos adentramos en la situación en la cual todos los operadores jurídicos desempeñan allí su labor, desde la judicatura, a los secretarios, oficiales o auxiliares judiciales, pasando por procuradores y abogados, y terminando por los ciudadanos que precisan en algún momento acudir a los edificios judiciales, tanto de la Avenida Mayorazgo (Juzgados de Instrucción) como los de Arias de Velasco (Juzgados de 1ª Instancia), y los de la calle Doha (Juzgado de Violencia contra la Mujer y dos juzgados de instancia), la cuestión se torna más oscura aún cuando hablamos de la accesibilidad a esos centros judiciales.
Para mayor abundamiento, recientemente se ha tenido conocimiento de algo que el Ministerio de Justicia sopesa, y que literalmente, sobre todo para quienes tienen un conocimiento directo del mundo judicial, no tiene “ni pies ni cabeza”. Pese a que hace pocas semanas, la alcaldesa ha confirmado el compromiso del Ministro Gallardón de no trasladar los juzgados de Marbella a la capital Málaga, lo cierto es que tengo mis reservas sobre esa decisión, sobre todo porque hasta que no lo vea “blanco sobre negro” no tendré la certeza de que la absurda y desatinada idea del Ministro (porque no puede calificarse de otra forma), ha sido desterrada. Como dice el acervo latino “verba volant, scripta manet”, es decir, que las palabras se las lleva el viento y lo escrito permanece. Por lo que hasta que no vea la norma, publicada en el Boletín Oficial, no me creeré nada, porque de dicho Ministro no me creo nada y se está, literalmente, cubriendo de gloria con las medidas que ha tomado.
Desplazarse a cualquiera de los tres edificios en los que se imparte justicia es toda una odisea en Marbella. Intentar encontrar aparcamiento en los aledaños de edificio judicial (en los pasados años) más conocido del país; o bien en inmueble propiedad donde otrora se ubicaba Muebles Mesa, por el que la Junta de Andalucía paga un pastizal por su alquiler; por no hablar de la zona de Arcos de San Enrique (donde se sitúa la tercera sede judicial) es una cuestión muy cercana al milagro.
Por ello, observar situaciones como la imagen que ilustra este comentario de hoy nos lleva a pensar que, por un lado, se hace en cierto modo la “vista gorda” por parte de los responsables policiales, pero al mismo tiempo no podemos dejar de pensar que tampoco es una solución la omisión de ciertas medidas cuando en la puerta del Juzgado de Primera Instancia se sitúa hasta una triple fila de vehículos estacionados. Si al estacionamiento constante de coches, furgonetas, motos… sumamos que, de igual modo, los vehículos que circulan por Arias de Velasco y pretenden girar a la izquierda, hacia calle San Antonio (que atravesando el barrio de Santa Marta, comunica el norte de la ciudad con zonas como la Divina Pastora), la cuestión se convierte no en complicada sino en peligrosa. Y todo agravado con la ausencia de estacionamiento para motocicletas, que es el vehículo usado por los profesionales que diariamente tienen que desplazarse a las sedes judiciales, aunque, precisamente, a un conocido establecimiento de venta de vehículos de dos ruedas se les concede todo… pero de eso hablaremos otro día.
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