Triste y Sola

Hace unos días hemos sabido del atraco sufrido por una sucursal bancaria situada en la zona de Elviria (aunque algunos podrán decir que está en Las Chapas, o el Don Carlos, o enfrente de Pino Golf…). Desde siempre, cada vez que he pasado por ese lugar, me ha llamado poderosamente la atención la existencia de una sucursal bancaria en medio de un pinar, apartado de todo y en tierra de nadie. Desde que tengo uso de razón recuerdo esa oficina de una tradicional entidad bancaria, antes con denominación andaluza y ahora más popularmente española.

Cada vez que, en dirección o proveniente de Málaga, la observaba y me hacía la pregunta sobre quién iría hasta ese lugar para diversas gestiones bancarias, separada de la más habitual actividad existente unas decenas de metros antes (o después), en Pueblo Platero. Igualmente se que dicha sucursal, que lleva décadas allí establecida, mantiene una amplia y fiel clientela aunque cierto es que cada vez es menos necesario acudir físicamente a una entidad bancaria para operar con las cuentas. Con lo fácil, cómodo y más seguro que supone operar “on line” con tu sucursal, pocos son los que acuden a esperar -en ocasiones, desesperantes- colas ante la ventanilla, salvo cuando es estrictamente necesario para ingresos en efectivo o cobro de cheques/pagarés. Al mismo tiempo, me consta que la clientela de esa sucursal es predominantemente extranjera y que les gusta de ser atendida por su gestor bancario de forma personalizada, aunque también se que los europeos de cierta edad están a años luz de nuestros compatriotas en el uso de las nuevas tecnologías.

 

Pues también tengo referencias que no es la primera vez que se produce un atraco en la misma, por lo que todo lleva a preguntarnos el por qué sigue en ese lugar, insisto, en medio de un pinar, apartado de todo y en tierra de nadie, cuando las mismas prestaciones puede perfectamente otorgar a su fiel clientela si se sitúa en el cercano Pino Golf o en el área comercial junto al mismo, siempre con actividad durante todo el día debido a la existencia de muy variados negocios. No obstante, es sólo una opinión y los rectores de la entidad sabrán qué es lo mejor para ellos, y por consiguiente, para sus usuarios.

 

Siempre he pensado que situar la actividad bancaria en lugares apartados supone un riesgo, ya no sólo para la entidad sino para sus propios trabajadores y clientes. Si ya de por si, en lugares con amplia frecuencia de personas se producen atracos (más aún en épocas como las actuales), mayor creo que es la probabilidad en zonas más vacías de personas. Pero, desde luego, cuando tantos años, lustros y décadas lleva ahí situada, será por algo…