Cada día que pasa estoy más convencido que la sociedad de este país tiene menos personalidad que un mosquito. Si desde hace años, muchos se han plegado a tradiciones anglosajonas como la fiesta de “Haloween” o la de Papá Noel, en los últimos días hemos sufrido un auténtico aluvión de publicidad (primero) y noticias (después) sobre algo que lleva celebrándose en Estados Unidos hace décadas, y que en este país hemos acogido como otra de las chorradas americanas que tanto nos gustan admitir.
El denominado “Black Friday” (Viernes Negro) es el banderazo de salida en Norteamérica para las compras navideñas, justamente al día siguiente de otra de las más conocidas tradiciones estadounidenses, el Día de Acción de Gracias. Las ventas, dicen, se quintuplican en ese viernes negro. Por eso, alguna conocida gran tienda de electrodomésticos, desde hace aproximadamente tres años, ya empezaron a promocionar esa fecha con “grandes” descuentos. Pero lo de este año ha sido terrorífico, no ha habido gran superficie que no se haya acogido a la moda llegada desde los EEUU.
Sus defensores dirán que es una forma de incentivar el consumo e intentar paliar las depauperadas arcas en los negocios, en unas fechas previas al comienzo de la temporada navideña. Pero sus detractores (entre los que me incluyo) dirán que si para todo ello es realmente necesario adoptar tradiciones “yankees”, o es que las cabezas pensantes de la publicidad no pueden llegar a atrofiarse el cerebro intentando crear nuevas fórmulas comerciales, sin tener que hacer mayor esfuerzo que copiar y copiar constantemente.
Desde luego, como decía al comienzo de este comentario de hoy, tenemos menos personalidad que un mosquito. ¿No somos capaces de hacer algo genuinamente español, algo que nazca de nuestras tradiciones y de nuestra idiosincrasia? ¿Tenemos que estar, constantemente, copiando lo que nos llega de Estados Unidos u otros países?
A este paso, próximamente nos sentaremos a la mesa a finales de Noviembre para comer el pavo en la cena de Acción de Gracias, lanzaremos fuegos artificiales (¡¡por favor, más cohetes no!!) el 4 de Julio, y tras el día de Navidad, celebraremos el “Boxing Day” británico.
Llegaron a comentarme que cierto Centro Comercial de la ciudad era un hervidero de gente en la tarde del pasado viernes. Mientras, paseaba por mi Casco Antiguo, realizaba algunas compras en nuevos negocios instalados, resguardado bajo un paraguas, soportando lo desapacible de estos últimos días, y desde luego algunas calles eran un auténtico poema… Pese a que todas lucían la iluminación navideña, la gente sigue prefiriendo resguardarse en el mismo sitio día tras día.
Qué envidia da la capital Málaga, cuyo centro era un auténtico hervidero de gente, y en donde año tras año se reúnen miles de personas para presenciar (y festejar) el encendido del alumbrado navideño. Espero que el próximo año podamos disfrutar de algo parecido en Marbella (salvando las distancias). Los responsables municipales ya tienen mi idea sobre la mesa, sólo hay que perfilarla, pero sin duda, el centro de la ciudad tiene que ser una fiesta. Y no un Viernes negro…