Desde siempre (y ahí están las hemerotecas) me he opuesto a la Zona Azul, máxime en una ciudad como Marbella, en donde no se prevén soluciones alternativas al pago de esa especie de “impuesto revolucionario”. Desde un inicio he mostrado mi parecer sobre esa imposición en la zona más necesitada de estacionamiento libre y, sobre todo, gratuito. Desde el comienzo de su puesta en funcionamiento no he entendido como unas calles si están sometidas a las líneas azules o verdes y otras no, sin un criterio lógico o, al menos, mínima y debidamente explicado. Y desde su entreno tampoco he comprendido la intención de incluir los sábados por la mañana en el sistema de Zona Azul.
En las últimas fechas hemos asistido (y de tal forma también lo hemos comentado en La Trastienda) a la remodelación de ciertas calles, con la consiguiente pérdida de estacionamiento, aunque sea de pago (léase el caso de la avenida Antonio Belón, en la zona próxima al Faro y la Tesorería General de la Seguridad Social), así como las actuales obras de transformación en Miguel Cano, en donde se van a suprimir cerca de medio centenar de plazas de aparcamiento (eso no quiere decir que no me parezca adecuada su conversión a peatonal -con las salvedades que, insisto, comentaré otro día-).
Me pregunto si la empresa concesionaria de la regulación de los estacionamientos sometidos a parquímetros no ha presentado propuesta al ayuntamiento, toda vez que verá claramente mermados sus ingresos, pues a menos aparcamientos, menos euros de caja. Supongo que habrá iniciado gestiones con el consistorio pues una cuestión es manifiesta: en el acuerdo o en la concesión para regular el estacionamiento, se incluirían un mínimo de vías “publicas” (que ven, por cierto, mermado tal carácter). Si en la actualidad y en un futuro próximo (también se ha hablado de la peatonalización de Puerta del Mar), las calles con estacionamiento limitado y de pago son menos ¿demandará dicha empresa su cuota? Razonablemente sí…
Pues bien, sin quedarnos al margen de las cuestiones definitorias de las vías incluidas, hay un dato esclarecedor que he podido comprobar semana tras semana: los sábados por la mañana, a primera hora, existen calles con una total ausencia de vehículos, lo cual ineludiblemente le lleva a uno a preguntarse si los propietarios de los coches han tenido que madrugar para retirar el coche antes de que lleguen los hombres de la gorra y la maquinita en la mano, y que multan al instante. Pero es que existen, por otro lado, calles en donde la presencia comercial es prácticamente nula, y mantienen el azul en la calzada. Es el caso de Ramón Gómez de la Serna, que desde el cruce con la avenida de la Fontanilla hasta el Palacio de Congresos pocas veces mantiene vehículos aparcados. En la mencionada zona, y más aún, en el tramo desde la zona trasera de la gasolinera “Siebla” hasta el recinto congresual, salvo algunos restaurantes, poco negocio existe, y ahora sin la presencia de las oficinas de la Delegación de Urbanismo, tiene menos vida entre semana, por lo que en los fines de semana ya ni te digo…
Por eso me pregunto si quien decidió las vías que dejarían de ser plenamente públicas, realmente era consciente de que en ciertos casos y en ciertas horas, como los sábados por la mañana, es necesario incluirlas en la Zona Azul.
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