Hace poco llegó a consulta una niña….y me vino a la mente contarle esta historia que en resumidas cuentas, resume muy gráficamente la importancia de no tapar las emociones, de dejarlas escapar… Y empezaba algo así como...
“Imagina un mar azul repleto de botellas de cristal flotando en su superficie, ¿Puedes verlo?” “Cada una de esas botellas representa a una emoción, pues cada una de ellas tiene un mensaje en su interior”. “ Si te fijas bien, todas las botellas en su interior portan un mensaje”.
“Tienes dos opciones: abrir la botella para dejar salir ese mensaje, o cerrarla fuerte muy fuerte para nunca más abrirla”. “Atar incluso una cuerda en cada botella, ponerle un lastre y enviarla muy lejos al fondo del mar”.
“Con el paso del tiempo, un día, esas cuerdas se romperán o ya no cabrán mas botellas en el fondo del mar”. “Subirán a la superficie a ocupar su lugar, a cumplir su función”. “Y las emociones te desbordarán porque no las has escuchado, no las has mirado, no has dado espacio a cada botella, a cada mensaje”.
“Porque la emoción es pasajera, es temporal y viene a cumplir su función. No tengas miedo a abrir los mensajes de tus botellas…”
Y así fue, como aquella niña aprendió a sentir y a controlar sus emociones. A no darle al MUTE (a lo que yo llamo “Anestesia emocional”). Porque si abrimos todos esos mensajes vendrán momentos tristes sí, pero también vendrán momentos alegres, momentos eufóricos y días, en su mayoría llenos de momentos tranquilos. Así, como el mar en calma.
"En lugar de resistir cualquier emoción, la mejor manera de disiparla es ingresarla por completo, abrazarla y ver a través de su resistencia" - Deepak Chopra