Imagina que estás en el mar...
Nadar con el mar en calma puede ser muy placentero pero, ¿Qué pasa si ese día hay resaca?
Pues que podría ser cansado nadar en ese mar.
Y mientras más tiempo permanezcamos nadando “ a contracorriente” más agotados nos sentiremos.
Quizás notemos los efectos a las horas, tal vez al día siguiente.
Lo más probable es que nos sintamos muy pero que muy CANSADOS.
Pues esto mismo, es trasladable a nuestra vida real.
A veces, nos sentimos inmersos en situaciones de gran carga emocional.
Y esto se traduce en una posterior resaca: dolor de cabeza, cansancio físico, falta de energía, embotamiento mental, aplanamiento afectivo, problemas de sueño….
¿Qué hacer cuando detectamos cansancio o resaca emocional?
- Priorizar, darnos espacio. Escuchar nuestras necesidades.
- Dedicar tiempo al autocuidado: descansar, cuidar la alimentación, hacer ejercicio, dormir bien…
- Tomarse tiempo para uno mismo realizando alguna actividad agradable.
- Establecer límites con uno mismo y los demás. No podemos llegar a todo ni estar para todos 24 horas 7 días a la semana.
- Aprender a postergar o evitar todo aquello que nos pueda generar cansancio físico o mental. Ej: una conversación que sabemos nos va a desgastar o cualquier cosa que te genere gran desgaste emocional.
En resumidas cuentas, reponerse de la resaca lo antes posible y evitar que este malestar se cronifique.
¿Te imaginas lo que sería nadar todos los días en un mar con resaca?
“Ningún mar en calma hizo experto al marinero” (Dicho popular)