El otro día conocí una curiosa iniciativa vecinal gracias a una noticia que publicó en su muro de Facebook la histórica y admirada del PSOE local, Marina Torres Cañavate. En el pueblo de Patones de Arriba una abuela de 95 años decidió presentarse junto a más vecinas como ella con el partido Abuelas por Patones. Un grupo de siete mujeres donde la más joven tiene 63 años. Su principal reivindicación es que las personas mayores tengan voz y, sobre todo, una residencia de ancianos más grande en Patones de Abajo para que los abuelos y abuelas no tengan que irse fuera de su pueblo sin poder ver a sus familias.
Un ayuntamiento formado por Patones de Arriba y de Abajo que no solo ha conseguido representación para que sus abuelas tengan voz y voto sino que haya votado el 100% de sus electores (447) y que gobiernen juntos todos sus representantes: 5 concejales del PSOE, uno del Partido Popular y otro más de Abuelas por Patones.
Esto ocurrido en este pequeño pueblo de la Sierra Norte de Madrid es un ejemplo de lo que debería ser la política: que la participación llegue al 100% de sus electores, que la ciudadanía, en este caso las abuelas, decida participar directamente en la política para que se dé respuesta a unas necesidades no cubiertas y que en lugar de gobernar la lista más votada lo hagan todas las fuerzas de forma colaborativa por el interés general.
Este ejemplo de lo que debería ser la política contrasta con la gran desafección de la ciudadanía por la por la política. Lo aseguran los propios españoles de forma reiterada, como lo recoge el último barómetro de mayo de 2019 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), al afirmar que el segundo problema principal de los españoles detrás del paro son los políticos en general, los partidos y la política.
Algo que tiene que ver mucho de porqué un grupo de vecinos y vecinas de Marbella decidiéramos presentarnos a la política local con un proyecto municipalista bajo una agrupación de electores y no como partido político. No tan relacionado ni con el aburrimiento ni con el exceso de lectura como dijo una interventora del PP en la mesa de un colegio electoral cuando en el inicio del escrutinio salió una papeleta de Impulsa Ciudad y alguien dijo «¿Impulsa Ciudad? ¿Esos quiénes son?» a lo que la interventora del PP replicó: «eso es que la gente se aburre y le da por leer». De ahí el título de este artículo E-lectores. Somos electores y lectores.
No somos gente precisamente que nos aburramos, al contrario. Llevamos años de compromiso social, cultural, educativo y medioambiental dando de forma desinteresada nuestro tiempo por la mejora de nuestra ciudad. Pero sí es verdad: leemos, todo lo que podemos. Somos gente instruida y preparada para compartir nuestro conocimiento y nuestras ideas para construir una ciudad mejor: una de ellas relacionada con la lectura, como reforzar una red de bibliotecas municipales que impulse el conocimiento y la cultura, dentro del concepto de ciudad educadora para hacer un crecimiento inteligente, integrador y cohesionado de la ciudad, donde la lectura no sea algo anecdótico sino una de las mechas donde construir ciudadanía, cultura y talante democrático.
Y quizás esto último es lo que menos nos hemos encontrado al dar el salto a la política local, la falta de talante democrático en aquellos que más presumen de él. Los mismos que llegado el momento nos han responsabilizado de su debacle y de provocar la mayoría absoluta al PP.
Esto recuerda lo de no asumir las propias responsabilidades porque siempre es más fácil culpar a otro. También puede ser una estrategia para quitarse a un competidor (lo que parece que somos para ellos). En esas valoraciones se han echado de menos procesos o tendencias que no tienen que ver con Marbella sino con lo sucedido en el panorama político nacional como ha sido una tendencia del voto útil hacia el bipartidismo o la caída continua de IU y sus decisiones para confluir con Podemos pese al rechazo de muchos de sus votantes y los malos resultados o ante la nula estrategia pedagógica de explicar quiénes eran y porqué confluían en las diferentes elecciones bajo distintas denominaciones que han sumido al votante de IU en el mayor despiste por no saber qué papeleta tenían que coger.
En estas valoraciones dan por sentado que los votos perdidos por IU han salido para Impulsa Ciudad cuando los datos no lo avalan y tampoco explican de dónde ha salido los más de 2300 votos que ha ganado el PSOE que ha podido coger muchos votos de IU por esa tendencia del voto útil hacia el bipartidismo que se ha dado como tendencia en toda España, incluida Marbella. Tampoco se ha explicado como se ha reducido a más de la mitad el voto en blanco.
No explican igualmente porque en el mismo día donde concurrían dos elecciones, municipales y europeas —en estas últimas no concurría Impulsa Ciudad— la confluencia de Unidas Podemos a las europeas, obtiene en Marbella 3.554 votos, solo 281 votos más que en los resultados de las municipales uniendo a IU y Podemos. Lo cual ofrece bastantes evidencias de que el problema no ha sido Impulsa Ciudad pese a la insistencia de IU.
La verdad es que me parece bastante mezquino el querer cargar a nuestra iniciativa ciudadana de haber tenido la culpa cuando en 2015 había el mismo número de candidaturas que ahora en 2019: diez y seamos nosotros justos los que hayamos sido los responsables. Los animo a que hagan un mejor ejercicio de autocrítica y abandonen esa estrategia de querer hundir un proyecto ciudadano necesario para la ciudad como es Impulsa Ciudad mientras piden por otro lado una confluencia ¿es absurdo no creen? Todos los partidos, incluido IU, están obsesionados en controlar las asociaciones y a los movimientos ciudadanos y cuando no lo consiguen lo siguiente es pretender destruirlos.
De forma no oficial les dimos a entender a IU que Impulsa Ciudad era una iniciativa ciudadana y a su petición de confluencia siempre le dimos la misma respuesta negativa. Porque la identidad de Impulsa Ciudad y su fuerza es la independencia así como la pluralidad de sus integrantes y de su electorado, el estar fuera de siglas, de viejas políticas, de dogmas, de jerarquías o imposiciones desde fuera de Marbella. Impulsa Ciudad representa un nuevo paradigma donde ciudadanos y ciudadanas con diferentes sensibilidades son capaces de ponerse de acuerdo para defender un modelo de ciudad. Esa es la fuerza que nos dieron nuestros simpatizantes en las encuestas como lo era el ser de Marbella, gente de aquí. No solo vale decir que quieren confluir ni tener un programa parecido (casi todos los partidos como nuestra agrupación coincidimos en un 80%). Además, en política dos más dos no son cuatro.
Lo curioso es que pese a las peticiones de confluencia que nos demandaban sufrimos desde el principio actitudes más que reprobables de algunos de sus miembros que nos criticaban en las redes sociales por no tener una posición ideológica concreta ¡hasta nos comparaban con GIL! Y otras que prefiero no mencionar. Pasamos de serles útiles a ser una amenaza, la independencia se paga. Pero para que se celebre un matrimonio debe haber consentimiento por las dos partes y no solo requerir responsabilidad, la misma que ellos no han tenido con su socio natural como es Podemos y con el cual podían haber concurrido.
Apartaremos ese concepto judeocristiano de la culpa y reconozcamos que la realidad es más compleja. Concurren muchas circunstancias para que haya un resultado simple como es una cierta representación política. Que a veces no solo pierde uno, sino que otro gana por su juego y en este caso, aunque cueste reconocerlo, el mérito lo tiene el partido popular de Marbella y, sobre todo, Ángeles Muñoz, que lo ha ganado por una intensa campaña en la calle donde ha estado en todos lados; alabando al mismísimo Señor como utilizando todos los medios a su alcance para su propaganda electoral. No hablamos de ética, hablamos de hechos y resultados.
No han ganado por sus méritos en la gestión ni lo conseguido en la ciudad, lo han hecho por su marketing político y por el dichoso voto útil cuando precisamente el mejor voto útil es el que regenera la política con aire fresco como es Impulsa Ciudad.
Impulsa Ciudad tiene vocación de continuidad, así lo quieren sus votantes y sus integrantes y, como proyecto político que surge de una ciudadanía libre e independiente. Va a seguir trabajando y ejerciendo una oposición seria, aunque sea fuera de la institución, para reclamar al partido en el gobierno que trabaje por el interés general y por ese modelo de ciudad que defendemos —que ahora parece de todos— justo cuando precisamente su mismo partido está en la Junta de Andalucía. Ya no hay excusas y estaremos ahí para recordarles que cumplan con su programa y empiecen a resolver todos los déficits de la ciudad.
Como dice la Constitución en su artículo 23.1 «Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal». Nosotros seguiremos ejerciendo ese derecho de participación y leyendo pese a que a algunos les moleste, pero quizás se deberían antes preguntar cuál es su verdadero talente democrático y si entienden qué es el respeto y la libertad.