“La economía sin educación es una economía sin corazón”, ha indicado esta mañana Ángel Gabilondo, catedrático en Metafísica de la Universidad Autónoma de Madrid y ex ministro de Educación, durante su ponencia en el Taller “Los nuevos retos en una sociedad excluyente: Jóvenes, mujeres y cambio social”.
“Algunos dicen que arreglemos primero la economía y luego ya vendrá lo otro. No. Yo creo que esto es un error, la educación es una prioridad”, ha afirmado.
El actual Gobierno ha marcado como prioridad reactivar la economía y ha realizado recortes en la educación, ciencia e innovación, un camino con el que no coincide Gabilondo, ya que la pedagogía es la única herramienta para salir de la crisis en España: “Si queremos combatir de verdad la situación en la que estamos tendrá que ser a través del conocimiento, la ciencia, la investigación y la innovación. No hay otro camino”.
Además, durante la ponencia Gabilondo ha defendido la necesidad de mantener una educación inclusiva en España: “Soy partidario de la convivencia con quienes piensan de forma diferente, porque me parece muy formativo. Nos prepara para vivir”, ha destacado.
Dentro del curso sobre "Virus y enfermedades", ha participado José Alcamí, investigador del Centro Nacional de Microbiología en el Instituto de Salud Carlos III de Madrid. Alcamí es coordinador de la Red de Investigación en SIDA, una iniciativa a nivel nacional, que se creó en 2003, de la que forman parte 30 grupos de investigadores y que hace posible que unos 350 científicos trabajen coordinados en la investigación del VIH en España.
El ponente ha ofrecido datos como que desde el principio de la epidemia, en los años 80, se han infectado en el mundo 65 millones de personas y cada año se estima que se contagian entre 2 y 3 millones. En España actualmente 130 mil personas tienen SIDA, y, a pesar de que se conoce cómo se previene, las cifras apuntan a que hay entre 3.500 y 5.000 personas que se infectan todos los años.
Estos datos muestran, según el investigador, que aunque se ha logrado un gran éxito, ya que explica que son muy pocos los pacientes tratados que mueren de SIDA: “gracias al tratamiento estas muertes han bajado más de un 95 por ciento en los últimos años”, se fracasa en la prevención porque “no somos capaces de controlar la transmisión del virus”.