Álvaro Silva siempre fue un prometedor jugador formado en el fútbol base marbellí que llamó la atención del
Málaga CF. Hasta allí se fue en edad de formación para formar parte de uno de los juveniles más grandes de la historia de la entidad malacitana. Con el Málaga y con compañeros como Jesús Gámez. Silva lograba proclamarse
campeón de España. Un broche perfecto antes de iniciar su aventura en el fútbol sénior.
Desde ahí llegaría cedido al
Marbella FC durante la temporada 2003/04 y luego dos años en Segunda División con el
filial del Málaga. El descenso del primer equipo, le abrió las puertas a Silva que jugaría otras dos campañas en el equipo blanquiazul, consiguiendo en la segunda el ascenso a Primera División.
A última hora se quedaba sin sitio en la plantilla del regreso a la élite y le tocaba bajar de nuevo un peldaño al firmar por el
Xerez. Temporada de ensueño para Silva y para el conjunto gaditano que lograba el ascenso y se proclamaba campeón de la Segunda División española.
Segundo ascenso consecutivo y primer título profesional para el jugador marbellí que lo recuerda de manera inolvidable. "De todos los títulos que he podido ganar, sin duda el más especial y el que recuerdo con más cariño fue el ascenso y la liga de Segunda con el Xerez, porque fue algo
histórico, nunca se ha vuelto a repetir y lo que vivimos con la afición, esa celebración, fue impresionante".
El ascenso con el Xerez tampoco le brindó la oportunidad de jugar en Primera División, y volvía a bajar un escalón para jugar en el
Cádiz CF. Dos temporadas en la tacita de plata y el regreso a Jerez de la Frontera le convencieron para probar nuevas aventuras.
Primera aventura fuera de España en Rumanía
Así daba el salto al fútbol rumano en
2012 para jugar en el
Petrolul Ploiesti. Una decisión que considera "la mejor que he tomado en la vida". En Rumanía estuvo a gusto, "desde fuera no sabes bien cómo es el país al que vas, pero luego allí todo fue increíble".
Silva inició su aventura en el extranjero en el Petrolul Ploiesti.
Sin embargo, le tocó regresar a Xerez para iniciar la temporada siguiente, pero el gusanillo del fútbol exótico ya había hecho mella en Silva, que no dudó en coger el siguiente tren que pasó para jugar en el extranjero. El siguiente destino era el
Khazar Lankaran de la Primera División de
Azerbaiyán.
Un país exótico en un proyecto "en el que había mucho dinero, aunque nuestro equipo vivía en una ciudad pequeña lejos de la capital Bakú". Sin embargo, a nivel futbolístico volvió a irle bien, "allí coincidí en el equipo con Toni Doblas como compañero y con John Toshack como entrenador". En Azerbaiyán perdió la final del Copa pero logró conquistar la
Supercopa. Segundo título en dos países.
El viaje siguió avanzando hasta detenerse en Oriente Medio. En julio de 2014, el zaguero marbellí firmaba por el
Qadsia SC de Kuwait. Allí las cosas también le fueron muy bien y lograba conquistar la
AFC Cup y la Supercopa. Tercer y cuarto título en tres países.
La siguiente temporada, Silva volvía a cambiar de equipo y pasaba al
fútbol coreano. El
Daejeon Citizen era el nuevo destino del marbellí que disputó media temporada en Primera División y media en Segunda tras el descenso de su equipo.
Empieza el recorrido por el sudeste asiático
Esto sólo supuso un pequeño traspiés, pero no amilanó ni un ápice las ganas del jugador marbellí en seguir conociendo ligas extranjeras. El
Hanoi de Vietnam sería su siquiente parada. En el país del sudeste asiático, Álvaro Silva disfrutó muchísimo tanto del fútbol como de la gente del país. Tanto es así que aprovechó para montar una agencia de viajes especializada en el sudeste asiático.
Sobre el verde, el marbellí se erigió pronto en el kaiser de la defensa del Hanoi FC y conseguía añadir un nuevo título a su palmarés con la conquista de la
Supercopa. El quinto título en cuatro países.
Malasia fue el séptimo país en la carrera de Silva. Allí fitmó por el
Kedah y se quedó a las puertas de conquistar un nuevo trofeo. El equipo del futbolista marbellí caía en la final de la Supercopa.
Tocaba cambiar de aires y jugar por primera vez en el país para el que juega como internacional:
Filipinas. Allí firmó por el
Ceres Negros y vivió una experiencia extraordinaria en un fútbol más desconocido y en un país marcados por los contrastes. En Filipinas salió como
campeón de Liga logrando el sexto título en cinco países.
Álvaro Silva salió campeón de la Liga de Filipinas con el Ceres Negros.
De ahí tocó dar el salto a un país como
Tailandia, donde ha jugado las dos últimas temporadas, en dos equipos distintos. Primero probó fortuna en el
Suphanbari y su gran rendimiento le abrió las puertas para jugar este año en el
BG Pathum. Sin demasiada suerte en lo deportivo por una lesión, Silva lograba su séptimo título es seis países.
En Tailandia le tocó además pasar la pandemia del Covid-19 y destaca que "si vuelve a haber una pandemia yo tengo claro que me vuelvo a Bangkok. Es increíble como lo han controlado todo y cómo han conseguido que apenas haya habido muertos. Veías las noticias de España y no entendías cómo salía así la gente a la calle, mientras allí no nos podíamos mover".
El sueño de jugar en Indonesia
Ahora con 37 años reconoce que el final de su carrera está cerca pero que "me encuentro bien y tengo ganas de seguir jugando al fútbol". De momento en unas semanas se marcha con
la selección de Filipinas para jugar los partidos clasificatorios para el Mundial 2022 con el deseo de "mostrar que estoy bien y recuperado".
De momento, Silva ha logrado siete títulos en seis países distintos y no está por la labor de parar ahí. "Me gustaría mucho jugar en Indonesia, es un país que siente pasión con el fútbol y en el que se llenan los estadios cada jornada", asegura el defensa marbellí que además es el segundo futbolista español que ha jugado en más ligas distintas.
Para lograr jugar en tantas ligas, ganar tantos títulos y mantener siempre un nivel tan alto, Silva ha contado con la ayuda de su familia. "En todos los países que he jugado he estado acompañado por mi mujer y mis hijos", además reconoce que "nosotros nos adaptamos al país dónde vamos y esa es la clave, tener una mentalidad abierta, ir a conocer otra cultura, otra gastronomía y disfrutarlo".