"Sabíamos que era un partido trascedental, ante un rival que, tanto a principio de liga como con los refuerzos en Navidad, estaba llamado a estar arriba pero va a pelear con nosotros por la salvación", dijo.
Destacó como "lo más importante" que su equipo hubiese logrado la segunda victoria consecutiva, algo que no habían hecho "en todo el año".
"No ha sido un partido muy vistoso, ha habido mucho cuerpo a cuerpo, idas y venidas y poco control del juego", dijo, y añadió que su equipo había estado "muy serio" salvo en algunos momentos del final del primer tiempo y principios del segundo.
"Hicimos el trabajo que teníamos previsto. A pesar de las bajas, lesiones y los cambios forzados, los que han salido han entendido bien su trabajo", sostuvo.
Su equipo no ganaba en casa desde hace dos meses por lo que tuvieron que "adoptar la actitud casi de visitantes, que nos está dando mucho" y destacó el gol a balón parado, situaciones que trabajan "durante la semana".
"Vemos las cosas con un poco más de tranquilidad, pero sin lanzar las campanas al vuelo", señaló, y aseguró que la permanencia "va a estar muy cara" y que en la parte baja de la tabla "no hay equipos débiles, cualquiera te hace un traje".
"Del diez para abajo no pongo la mano en el fuego por nadie", concluyó.
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