Chechu: "Me ofrecieron seguir poco a poco, pero no me vale ir a medias"

- Conociéndote, retirarte ha tenido que ser la decisión más dura que has tenido que tomar...
- Además de verdad. Llevo vinculado al fútbol desde los nueve años y darle un vuelco a tu vida de esta manera y saber que lo que te hacía olvidar los problemas ya no lo vas a tener es complicado. Aparte de todo lo que te da la bola. Ya echo de menos hasta los viajes de cuatro horas a Almería.

- ¿Has debido de pasarlo muy mal estos años por las lesiones para tener que tomar esta decisión?
- El tema de la rodilla, al final es afrontarlo como un reto y prepararte para volver a competir al mismo nivel. Pero cuando me pasa lo de la cara que estuve a punto de perder el ojo, tuve 8-9 microfracturas en la cara, además de la mandíbula rota y tuve que comer mes y medio con pajita.... Además cuando es tanto tiempo desde que empezó todo en la previa de la Champions cuando me fastidié el tobillo, después el cruzado y al final la rotura de pómulo y mandíbula, seguir era ya tentar a la suerte.

- Además de lo ingrata que son estas categorías en las que te ves sólo a la hora de afrontar la recuperación.
-Sí, cuando juegas en estas categorías, solo te queda buscarte las habichuelas por tí mismo. De la rodilla, por ejemplo, me pude recuperar en sólo cinco meses. Por la mañana iba a Elite Sport, por las tardes al fisio José Espada y por la noche al fisio del Estepona. También es verdad que el Estepona siempre ha puesto a mi disposición sus fisios y me ha seguido pagando la asistencia a los entrenamientos cuando iba a recuperarme para que el coste de la lesión no fuera tan alto.

- ¿No has intentado regresar después de la última lesión?
- Tras partirme el pómulo y la mandíbula hice un par de amagos de entrenar pero me gusta exigirme y yo no se entrenar si no es para competir, no me vale ir a medias. Me ofrecieron sumarme poco a poco pero para eso no sirvo y prefiero dar un paso al lado.

- Te retiras como futbolista, pero el fútbol no lo dejas de lado...
- Eso nunca. Aquí en el Marbella Paraíso hay una gran labor que hacer. Llevamos una década trabajando, este club es mi vida y tenemos que seguir adelante. No es lo mismo, pero con esto mato algo el gusanillo.

- Haciendo un repaso de tu carrera, ¿qué momento se te ha quedado marcado?
- El debut de mi hermano en Tercera con el San Pedro ante el Ronda. Álex Ortiz le dio la oportunidad y tuvimos la suerte de ganar 2-1 y de marcar gol los dos hermanos. Eso fue brutal. Después también mi año y medio en el Ronda que es donde más feliz he sido jugando al fútbol. Allí cogí la confianza que necesitaba y eso me hizo volver al San Pedro donde estuve a buen nivel y apunto de llevarme el Trofeo de Marbella24Horas (risas).

- ¿La espinita que tienes clavada es no haber triunfado en el Marbella?
- Sí, sobre todo el no haber tenido las oportunidades que tanto Manu Morilla como yo -que le meto en el mismo saco pero pensando que él es mejor que yo- esperábamos.

- Has nombrado a tu hermano y a Morilla, ¿al margen de ellos dos con qué otros compañeros te quedas?
- Hay muchos, por ejemplo Félix López con quién estuve en Marbella y San Pedro y que fue de los primeros en dar la cara cuando las cosas se pusieron difíciles. En Ronda me quedo con Faucho, del San Pedro con Dani Cintrano y Reina y del Estepona con Álex Franco y Alexis. Ésa es la pena que me queda, que la pelota te deja grandes amigos.

- ¿Y en cuánto a entrenadores?
- Siempre diré que el mejor entrenador que he tenido es Serafín Gil y es incomprensible que no esté entrenando a día de hoy. También Ángel Oliva, que le tuve en el Ronda y es capaz de sacar máximo rendimiento de sus jugadores y Álex Ortiz, que fue un gran acierto del San Pedro por su gran preparación. Aunque si a día de hoy he podido disfrutar medianamente del fútbol es gracias a Carlos Sánchez. Un entrenador que con una palabra es capaz de sacarte lo mejor, te decía "enorme" en un partido y te creías Sergio Ramos.

- ¿Hay algo de todos esos entrenadores en Chechu como técnico?
- Sí, es verdad que ahora entreno a niños y no se puede asemejar a los grandes, pero te quedas tanto con lo bueno como lo que no quieres transmitirles. Por ejemplo en la época de Jaime y Loren aprendí a llevar un vestuario con jugadores importantes; de Serafín destaco su cercanía; de Carlos la capacidad de convencer y transmitir o de Ángel Oliva la seriedad.