El pasado 23 de mayo se produjo un derrumbe en el estadio, uno más en una larga lista, mientras se disputaba el partido entre el Marbella FC y el Yeclano, el último de liga. Hubo dos heridos leves.
Cuatro días después,
el 27 de mayo, la alcaldesa, Ángeles Muñoz,
anunció la clausura de la instalación y la elaboración de un informe técnico para conocer más a fondo su evidente mal estado.
El
10 de agosto se certificó públicamente lo que todo el mundo sabía, que el estadio
no se podría volver a utilizar por las deficiencias que presentaba.
Ese día, la regidora dio carpetazo al megaproyecto que ella misma había presentado un año antes de la mano de la
empresa Best of You, que gestiona el Marbella FC.
En su lugar, anunció otra iniciativa con dinero municipal para construir un nuevo campo con capacidad para
10.000 espectadores y, lo más sorprendente, una pista de atletismo debajo.
El primer paso que se iba a dar, según dijo, era convocar
un concurso de ideas para invitar a participar a grandes empresas y que iba a ponerse en marcha en septiembre.
El 24 de septiembre, en el pleno del Ayuntamiento, la oposición preguntó al equipo de gobierno por este proyecto y el concejal de Deportes,
Manuel Cardeña, volvió a repetir que el concurso de ideas estaría listo en ese mismo mes.
Sin embargo, acaba de comenzar noviembre y
nada se sabe, más que falsas promesas, sobre la construcción del nuevo estadio para Marbella.
Mientras tanto, la afición del club blanquillo tiene que desplazarse hasta las instalaciones de Marbella Football Center y, como este pasado domingo, ver el partido
detrás de palmeras, en una situación indignante.
Ante las protestas que se han producido en redes sociales por parte de aficionados, Cardeña respondió con frases como "es un problema al que se le está buscando solución".
O también: "se está trabajando
a marchas forzadas y esperemos que muy pronto veáis el trabajo que se está haciendo" y "estamos trabajando en dar una solución lo antes posible".
Mucho trabajo, según el edil, pero de momento, lo evidente es que no están cumpliendo los plazos que dieron tanto la alcaldesa como él mismo y la afición ve los partidos cada vez en peores condiciones.
Además, para los próximos diez años el Ayuntamiento tiene que hacer frente a
un plan de ajuste y también están en el aire los ingresos por el impuesto de plusvalía.
Hay que recordar que, como avanzó
Marbella24horas, que el Ayuntamiento va a pagar 38.000 euros para que el equipo juegue en Marbella Football Center hasta marzo,
durante seis meses.