En la temporada 2016/17, aquella en la que el Marbella firmó siete triunfos en los siete primeros partidos de Liga, el Lorca lograba quedar
campeón del Grupo IV de Segunda B y por tanto aspirar al ascenso en el primer cruce.
El conjunto murciano afrontaba el playoff con las lesiones de sus dos delanteros Chumbi y Onwu y tuvo que moverse para poder reforzar al equipo de cara a la fase de ascenso. Las lesiones de larga duración le permitió firmar y así llegó al equipo Manel Martínez.
El delantero catalán recuerda como sucedió todo "yo había hecho un buen año en el Llagostera, donde estaba cedido por el Girona, y me llamaron para reforzar al equipo un par de jornadas antes del final de liga". Sin embargo, todavía quedaba que se confirmara la lesión de larga duración de Onwu para abrirle las puertas del Lorca.
De esta manera, el fichaje se demoró hasta antes de la última jornada de liga regular. "Al final se cerró todo antes del último partido, pero no lo pude jugar. Llegué el lunes a
Lorca y el miércoles entrené por primera vez con mis compañeros".
Manel llegaba al conjunto murciano para disputar el playoff de ascenso directamente y es que ese fin de semana ya jugó como
titular en el campo del Albacete Balompié. "Recuerdo que había un ambientzado en el campo. Ellos se pusieron por delante y Abel Gómez empató el partido con un gol de falta".
Entre risas recuerda que "yo jugué ese primer partido sin saberme aún los nombres de mis compañeros. Hasta me equivoqué en algún momento, les pedía el balón diciéndole '¡¡Eh, eh¡'".
Y es que no había tenido apenas tiempo de nada. "Es verdad que esto es fútbol y se juega de la misma manera, pero por ejemplo no sabía si un compañero centraba fuerte o si solía amagar antes de centrar", apunta. Pequeños detalles que marcan la diferencia muchas veces.
"En el partido de vuelta ya sí me aprendí el nombre de todos los compañeros. Además en el hotel estaba también el míster
David Vidal, que había firmado a final de temporada, y en los desayunos o comidas, siempre me estaba diciendo cosas del equipo", resalta.
Pese a esta situación poco usual, Manel asegura que fue una gran experiencia. "Llego al Lorca en el último momento para jugar mi primer playoff y encima logramos el ascenso, pues fue una sensación increíble".
Tras aquel playoff tocaba regresar al Girona pero "el Lorca quería que estuviera en Segunda y firmé allí. Fue muy bonito jugar en Segunda, y creo que el equipo compitió bien pese a debutar en la categoría, pero costaba conseguir victorias".
Ahora afronta su segunda fase de ascenso y lo hace con máxima ilusión, "de momento tengo cien por cien de ascensos conseguidos", bromea; al tiempo que destaca el buen trabajo que ha hecho el equipo durante toda la temporada.