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Brillante procesión de La Columna por el Barrio Alto para abrir la Semana Santa de Marbella

J. C. A. | 26/03/2013
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Brillante procesión de La Columna por el Barrio Alto para abrir la Semana Santa de Marbella
  • El Cristo de la Columna, bajando por la calle Virgen de los Dolores. (Foto: J.C.A.)
Tras la lluvia del Domingo de Ramos, ha habido que esperar hasta el Lunes Santo para inaugurar las procesiones en Marbella. La Columna ha protagonizado un recorrido brillante, sin necesidad de mirar al cielo, en una noche muy agradable, con sus dos Sagrados Titulares pasando a duras penas por las tortuosas y angostas calles del Barrio Alto, abriéndose paso entre las paredes, los balcones y el público. Un gran inicio, que ojalá pueda tener continuidad.

Con gran puntualidad, a las 20:30 horas, se abrían las puertas de la iglesia del Santo Cristo para iniciar la procesión. El tiempo respetaba y se sabía que lo iba a hacer durante todo el recorrido, lo cual permitió a los hermanos olvidarse de los nervios y disfrutar de la noche. 

El primero en salir a la calle fue el Cristo Atado a la Columna, recibido con una saeta nada más bajar las escaleras de la ermita gracias a la maestría de sus 50 hombres de trono. A continuación salió su Madre, María Santísima de la Amargura, la Virgen Blanca, y siguió a su Hijo por la calle Ancha abajo, también portada por medio centenar de hermanos. 

En el desfile han participado más de 400 personas, entre las que había muchos niños, mujeres con mantillas y tres bandas de música: la Agrupación de la Pollinica, que abría el cortejo, la Banda Municipal, acompañando al Santísimo Cristo, y la Asociación Musical Las Flores de Málaga, cerrando el desfile para dar paso a los penitentes. 

Tras llegar a Puente de Ronda, los tronos enfilaron por la estrecha calle Remedios, rozando los balcones y obligando al poco público que cabía a pegarse al máximo a las paredes. El giro para tomar la calle Virgen de los Dolores y bajar su pendiente fueron momentos en los que también los hermanos de trono tuvieron que demostrar su destreza. 

En su recorrido descendente atravesaron la plaza General Chinchilla, con mucha gente, y la calle Carmen, para realizar la Estación de Penitencia en la parroquia de La Encarnación. A su salida del templo, Jesús, atado a la columna y azotado, vio de lejos llegar a su Madre, sufriendo por el dolor de su Hijo. Ambos se cruzaron en la plaza de la Iglesia, en uno de los momentos más emotivos de la noche.


La Virgen Blanca, por la calle Remedios. (Foto: J.C.A.)

En su retorno al Barrio Alto el desfile fue aún más brillante, recorriendo calles angostas como Lobata o Aduar, para terminar enfilando hacia arriba la calle Ancha, en dirección hacia su templo. El Cristo de La Columna recorrió estos últimos metros con el espectacular acompañamiento musical de La Saeta, a cargo de la Banda de la Pollinica. 

Una vez junto a la ermita, Jesucristo esperó a su Madre para que se viviera otro de los momentos álgidos de la noche, con los dos pasos cara a cara, mecidos por los hermanos de trono y levantados a pulso. 

Antes del encierro en su templo, no faltó la saeta de El Chato, que dio paso a una nueva muestra de destreza de los hermanos de trono para llevar a sus Sagrados Titulares de vuelta a la ermita del Santo Cristo, donde entraron tras cuatro horas y quince minutos de procesión. 

Galería de fotos de la procesión de La Columna


EL APUNTE DE JUAN LUIS GÁMEZ: 

Recogimiento, tradición, dificultad, destreza, humildad, cercanía de las imágenes a aquellos que no pueden salir al encuentro de su Cristo de la Columna y su Virgen Blanca. Calles como Ancha, Chorrón, Lobatas, San Francisco, Atarazanas o Aduar han visto un año más a su gente, han escuchado las decenas de saetas entonadas con puro sentido desde un balcón, desde una esquina, desde una puerta, al paso de los pequeños tronos.
 
Giro imposible en Atarazana, pericia y experiencia del mayordomo y sus hombres de trono. Apenas centímetros separan el oro y la cal de las paredes. Barrio Alto y casas señoriales en la Calle Ancha, humildad en otros rincones, pero misma fe y devoción en la noche del Lunes Santo.
 
Virgen Blanca, denominación obra de don Francisco Echamendi, Madre que acompaña a su hijo que, atado a la columna, es golpeado sin piedad por un sayón. Sufre, llora, se lamenta del dolor padecido.
 
Estación de Penitencia en la Iglesia de la Encarnación. Novedad el año pasado, ratificación en este. Momento mágico en la Semana Santa. Ejemplo para muchos.

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